Capítulo 2

6 0 0
                                    


Hace más de diez minutos que papá ha salido, mamá solo me da miradas rápidas de vez en cuando. Esta nerviosa, se le nota a kilómetros.

-¿A dónde vas Nina? –preguntó temblando–. Ven aquí cariño, por favor.

El simple hecho de saber que le pasó algo a Jack me enferma.

-Mamá, necesito ver a papá –le dije.

-Tal vez él... –me sonrió tristemente y sus lágrimas rodaron.

La simple idea de pensar en ello me lastima, él no, solo lo conozco de horas, pero siento esa conexión de años.

La puerta es abierta de golpe y levantó mi arma, apuntó y disparo. Pero no para hacerle daño, el chico gruñe en respuesta hacia mi acto para luego tirar se al piso.

-Creo que el señor J te ha enseñado bien a usar una de esas –me dijo.

-¡Oh por Dios! –dijo mamá horrorizada.

-¿Sucede algo? –pregunté confusa.

-Es el sobrino de tu padre, Nina. ¿Cómo te atrevez ha hacerle esto? –me reprochó y se acerco a él para levantarlo.

Decidí ignorarlos y salí al exterior para dirigirme a las grandes escaleras. No había nada. Ni siquiera alguien herido. Todo está en orden que creo que los disparos fueron parte de mi imaginación, pero no. Lo veo ahí. Sentado con una copa de vino muy despreocupadamente hablando con otro parecido al chico que acabo de herir.

Bajo las escaleras que me faltaban.

-¿Papá? –le hablo a Jack.

-Cariño, disculpa que no haya subido –me miro con una sonrisa de disculpa–. Hunter ha subido ha hablarles, creo que a este idiota le gusta venir como si fuera me peor enemigo –lo miro y los dos se rieron ruidosamente–. ¿Dónde está mamá?

-Mamá esta arriba con el chico –mire a mi padre–. Creo que lo herí un poquito –le dije inocentemente.

-¡Dios Mio! –exclamó el señor–. Pero creo que le has dado a Hunter en el orgullo –lo mire confundida–. A ese chico nadie le ha tocado un pelo, ni si quiera una chica... Esto será épico.

-¿Eso es cierto hija? –me pregunto con una sonrisa divertida.

-No es la gran cosa, solo le di en la pierna. Ni que fuera algo del otro mundo.

-¡¿La gran cosa?! ¡¿Algo del otro mundo?! Para Hunter no lo es, él es muy dramático y delicado con el tema de que le disparen –me dijo–. Jackson, te felicito –me señalo–. Ella, va ser alguien muy grande en este negocio –me miro–. Hija, te has ganado mi respeto –sonrió abiertamente.

-¿Solo por dispararle al tal Hunter? –lo mire confusa.

-Viene bajando, veras por que cariño –me dijo papá.

-El chico viene cojiando, al parecer con eso que me diste si le dolió –el señor apretó sus labios para no reírse.

-¡¿Quién es esta Jackson?! –le preguntó muy cabreado– ¡Hija de perra me las pagaras!

-Primero que nada, no le faltes al respeto –le sonrió cínicamente–. Segundo, dejaré que te meta otra bala entre seja y seja si sigues con tus mierdas. Y tercero... –sonrió abiertamente –Te presento a mi hija, Nina Oxford –se puso de pie y me abrazo por los hombros.

-¿Qu-ué? –preguntó confuso–. No me la creo, de verdad. ¿Tengo una prima?

-Si –dijo mamá–. Una prima muy noble...

-¿Noble? De noble no tiene nada, tía Analisse.

-Hunter, creeme que si hijo.

Me miro curioso.

-¿Cuantos? –preguntó–. ¿Cuántos años?

-18 –lo mire por primera vez bien.

El chico es apuesto, tiene lo suyo. Alto, musculoso, cabello negro, ojos del mismo tono; negros y tatuajes por todos lados.

-Bien Familia –habló papá–. Les presento a mi hija, Nina Oxford –dijo de nuevo.

-Patric Oxford –me tendió la mano–. Tu tío el más guapo.

Reí.

-Nina –tome su mano y le dio un apretón.

-Hunter Oxford –me dijo–. Pero dime Hunter, el que mi apeido sea Oxford pesa demaciado. Muchas mujeres por todos lados –hijo una mueca de disgusto–. Le soy fiel a mi novia –me guiño el ojo.

-Nina –no le salude como a Patric–. Pero dime Bell –me miro curioso.

-¿Por qué?

-Creo que el que me llamarmen Nina es solo para conocidos, tu no eres uno de ellos –le guiñe un ojo.

-Papá tampoco es conocido –se defendió.

-Tu padre me cayó bien, tu eres toda una nenaza –me burle–. Con decirte que solo pones todo tu peso en una pierna, ¿por que no usas la otra, primito?

-Hija de p...

-Ni te atrevas a decirlo, Hunter –le dijo papá.

-Creo que se llevarán bien estos dos –dijo mi tío.

-Bueno, ha descansar –miro su reloj–. Nina, mañana temprano, entras a las 8 de la mañana. Anderson te llevará y traerá, Bastth estará cerca de ti por si sucede algo y por último Hunter –lo miro lo cual este gruño–. Hunter te traerá y llevará cuando yo necesite a Anderson, los horarios se juntan y es más probable que la mayor parte de los días el te lleve y traega, ¿entendido?

-Si. Pero curen la herida de Hunter, creo que morirá desangrado.

-Pero si solo le roso, no es la gran cosa –le resto importancia mi tío.

-Callate mejor si no sabes, Patrick.

-¡Huy, huy, huy! La nenaza se ha molestado –me burle.

-Me las pagaras, Nina.

Rodé los ojos.

-Si, si, si, lo que la nenaza diga. Vamos a curarte.

Lo espere a que caminara por que no se donde diablos hay un botiquín.

-Él solo lo hará Nina. Ve a descansar, mañana tienes tu primer día de clases –me dijo mamá.

-¿Mamá podemos hablar en privado?

-Claro hija, vamos al despacho de tu padre.

-Prefiero en mi habitación –le sugerí a lo cual asintió.

Subimos las escaleras con la atenta mirada de los tres hombres que dejamos atrás, doblamos a la derecha y al fondo abrimos una de las tantas puertas.

-Bien cariño, ¿que sucede?

-Mamá, no se donde estan mis cosas –baje la mirada avergonzada.

-Por eso no te preocupes. Sígueme.

En la misma habitación nos dirigimos hacia una puerta amplia y corrediza.

-Nina, aquí es tu armario. Esta desde zapatos, bolsos, vestidos, pantalones, blusas, camisas entre accesorios –señaló cada uno de ellos–. Ropa de entrenamiento y botas.

-Gracias mamá, gracias en verdad –le dije feliz.

-Bien. Nana te traerá la cena, ya que tu padre se irá por unas horas a terminar un pedido que le surgió. Y yo iré a descansar, estoy muy estresada, hija.

-Si, no hay problema.



Un poco corto, disfruten.

-SG✨

No amor, No caricias. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora