parte 6: conocer otro sendero

36 1 2
                                    

Lo único que le pasaba por la mente a Joe era Emy y sólo Emy, debía asesinar a the grinder puesto que era obvio que ese monstruo ya debía saber lo de Emy e iría a buscarla. Al fin estaban frente a frente y the grinder se veía molesto por lo de la niña, ya que solía ser costumbre que ese animal dejaba a sus víctimas bajo los efectos de sus conjuros para entretenerse un rato, pero Joe no se veía interesado en darle el gusto a esa cosa, por lo que levanta su pesado martillo a la altura de su pecho y bota los restos de cerebro, pelos y pedazos de cráneo que quedaban de la niña. The grinder empieza a acercarse lenta y esforzadamente, como su condición se lo permitiera y Joe empieza a sentir un horroroso dolor de cabeza y a escuchar las voces de su mente mucho más fuerte, el joven ante tal desesperación lanza su martillo con todas sus fuerzas hacía la criatura y le golpea la cara, el monstruo lanza unos gritos inhumanos y a pesar de su deformación da un salto enorme y se pierde entre los árboles. Joe toma su martillo y comienza a alejarse de la putrefacta casa en dirección al bosque donde se ocultó the grinder. Ya avanzado unos pasos advierte un poco de saliva mas espesa de lo normal y con un leve color café que cae sobre su ruloso pelo, al mirar hacía arriba solo alcanza a ver un bulto negro que cae pesadamente sobre su espalda y comienza a gritar y a arañar sus brazos y espalda haciendo que el martillo del joven caiga a unos metros, Joe trata de quitarse a the grinder de la espalda, lucía más horrible y enfermizo ahora a causa del martillazo, de su cara colgaban pedazos de algo morado y algo color marfíl que parecía un ojo totalmente blanco; las uñas gruesas del animal se habían clavado muy profundamente en la carne de Joe y estaba muy aferrado ya. Al fin el ágil joven da un brusco giro y ensarta la pierna de the grinder en un tronco; el rápido movimiento hace que se le desprenda un pedazo de carne de la espalda, Joe da un grito y queda mirando a the grinder que se retorcía y gritaba infernalmente con su pierna atravezada por el tronco; Joe haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantenerse en pie a causa del dolor y sin omitir ni el más mínimo ruido coje su pesado martillo y lo balancea levemente, acercandose lentamente a the grinder que seguía retorciéndose en el suelo con la pierna con la carne expuesta, carne un poco más negra y morada que la normal, todavía se veía la carne del joven en los dedos deformes de la bestia, Joe cierra los ojos y da un martillazo con todas las fuerzas que le quedaban, al abrirlos ve solo tierra, hojas y algo como un líquido negro, el tronco seguía intacto y manchado con el líquido. El joven se endereza y comienza a sentir maréos, no sólo por la pérdida de sangre, sino por las fuertes voces que advertían que the grinder se encontraba cerca, así que Joe comienza a caminar con cierta dificultad buscando a la bestia hasta que por fin ve lo que parece ser un bulto, con su martillo preparado Joe se acerca silenciosamente hasta que se da cuenta que era un bulto muy pequeño para ser the grinder; al fin con esa cosa a los pies lo toma y ve que es un saco, al abrirlo ve muchas partes humanas, pero de bebés, Joe toma el torso de uno de ellos y, aunque le gustaban esas cosas, no pudo evitar sentir algo de enojo, tal vez fue por el hecho de que él solamente estaba acostumbrado a matar, no a ver los cadáveres de otros. Ya fue suficiente, ningun deforme le quitaría sus pasatiempos, Joe suelta el torso del bebé y de pronto se afirma en un árbol a su lado a causa de un peso que siente en su ensangrentada espalda, gira con lo último de sus fuerzas, ahogado en cansancio y frío por la pérdida de sangre, cae de rodillas y ve a the grinder con una masa en vez de cara de donde ya brotaba un solo ojo, sus uñas mostraban carne y sangre pegadas, el monstruo lentamente comienza a levantar la mano, Joe no tenía fueza ni para levantar el martillo, the grinder se lleva la mano a la boca y tira con desesperación su mandíbula hacía abajo mientras emitía unos gritos espeluznantes, pedazos de su cara molida comenzaban a rajarse y por entre sus dedos escurrían dientes sueltos y un líquido negro, Joe solo miraba la escena con alivio, el animal iba a morir, pero lejos de matarlo, the grinder seguía avanzando ahora con su quijada en la mano, su rostro, o lo que quedaba de él, era ahora una masa horrorosa con una lengua verdosa colgando, algunos dientes resistían colgando de sus putrefactas encías, festín de larvas, al fin the grinder tira su mandíbula a las rodillas de Joe, se agacha y queda frente a frente al joven, Joe ya no reaccionaba, estaba nadando en delirio y agonía, the grinder levanta su deforme mano y la coloca en la nuca del joven; en ese momento Joe ve a un hombre alto y a una mujer que paseaban junto a una risueña niña de unos 6 años, los tres caminaban de la mano por los senderos de blackhill en los tiempos en que todavía era un cerro confiable, la pareja se veía muy enamorada y la niña muy alegre, de pronto Joe ve a la pareja discutiendo, el hombre toma un cuchillo de la cocina y mata a la mujer, luego la esconde en el sótano de una casa lleno de materiales de carpintería, luego el joven ve a una niña que llorando le habla al hombre, la niña que aún estaba en pijama comienza a gritar y llorar, el hombre alarmado esconde el cuerpo y corre tras la niña, la agarra por un brazo y la arrastra a una pieza, luego Joe ve al hombre llorando en una cama mirando al techo, a su lado la niña semi-desnuda sin moverse sangraba por la cabeza y por sus partes genitales, boca abajo la niña empieza a moverse y trata de levantarse con sus arañados brazos, el hombre le golpea la cara y la arrastra hasta el sótano, ahi la amarra junto a la mujer, antes de irse, el hombre le arranca parte de la piel de la pierna a la mujer y escribe con tinta negra: "éste ya no es tu papá" y lo enzarta en la pared frente a la niña amarrada quien ya casi no veía por la sangre e hinchazón de su carita; luego Joe ve al hombre caminando por los senderos de blackhill, sus ojos rojos y llenos de lágrimas, su mirada perdida ignoraba a toda la gente que amablemente lo saludaba, el hombre tenía un libro en la mano, lo abre y Joe logra distinguir la frase "Conxuros", Joe ve al hombre entrando a una casa abandonada en el bosque, ve también al hombre ardiendo en rabia, gritando y pateando todo, retorciéndose de dolor, finalmente Joe ve al hombre, pero ahora casi sin pelo, deforme hasta lo inhumano, tirado en esa casa que ahora tenía aspecto de choza, acariciando algunos cadáveres de niños. Joe ya no veía nada, solo distingue una sombra acercandose, sentía una mano en la nuca, de pronto la mano se va y la sombra lo cubre, Joe se desmaya.

SenderosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora