1. Un día tremendamente divertido

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Abri los ojos poco a poco, agarre el despertador y lo lance a la pared, rompiendolo en mil pedazos. Me levante aun adormilada con el pelo hecho completamente un nido de cigüeña y unas ojeras del tamaño de mi mano bajo mis ojos, aun rojos por el alcohol.

La noche anterior habia salido por la tarde con unas amigas y habia vuelto a las tres de la mañana medio borracha, y ahora sentia un mareo impresionante.

Me dirigi al baño tambaleante y me lave la cara con cuidado, quitándome el rastro de maquillaje corrido de la cara. Me cepille mi melena rubia y me volví a maquillar, tapando mis ojeras. Me vesti tras ponerme el rimel y pintarme los labios. Me coloque la blusa blanca corta con la Torre Eiffel dibujada el centro y una minifalda azul oscura, atada con un cinturon regro. Me ate las vans negras, cerciorandome de que estuviera perfecta, aunque siempre lo estoy.

Una vez lo comprobe baje a la cocina.

-¡Buenos dias madre!- exclame alegre pero a la vez manteniendo la compostura, aunque por dentro me dedicaba a insultar a los lunes en silencio, odio ir a ese instituto repleto de nerds y marginales que no me llegan ni a la suela de mis zapatos. Aunque en realidad nadie lo hace.

-Buenos dias hija- me sonrio con cariño, aumentando las arrugas que tenia a los lados de sus castaños ojos.

Me bebi un vaso de leche como desayuno a pesar de que mi estomago rugia de hambre, ignore este hecho y me sente en el sofa a esperar, no podia darme el lujo de comer como esas idiotas obesas del instituto, no queria engordar y empezar a parecerme a esas... cosas. Al poco tiempo oi el sonido de la bocina del coche de Damian. Sali despacio, dejando que el viento jugara con mi pelo como si me encontrara en el rodaje de una película de Hollywood. Subi al flamante descapotable rojo de mi compañero, al igual que yo el es uno de los populares. Es rico, alto, guapo y atletico, el chico perfecto. Este sale con mi mejor amiga, Jenny, que se encontraba sentada en el asiento del copiloto y me saludo efusivamente con la mano al verme.

-¿Que tal la noche hermosa?- me pregunto Damian bajandose un poco las gafas de sol, dejando entrever sus ojos azul claro.

-¿Acaso no se ve?- señale- ha sido una noche perfecta.

Rio ante mi comentario y arranco el coche.

-¿Sabes una cosa Jessica?- negue- ¡Hoy vienen un par de chicos nuevos a la clase!- aplaudio como una niña pequeña- Seguro que viene algún un hombre guapo, alto, simpatico...- junto las manos en plan soñadora.

-Que estoy aqui- rio su novio.

-Espero que este bueno- me relami los labios mientras me imaginaba a mi hombre ideal.

-¡Si lo esta para mi!- chillo ella al oirme.

-¡Pero bueno!- ignoramos a Damian y seguimos hablando sobre como tenian que ser los nuevos.

Llegamos al instituto y bajamos del coche. Sentia como las miradas de la gente se clavaban en mi espalda, aunque era lo normal, al fin y al cabo soy "La princesa del instituto". Me contonee mientras cruzaba los pasillos, provocando que los hombres me lanzaran miradas lujuriosas y las mujeres me observaran envidiosas.

Me fije en una chica, esta no era muy alta, con un cuerpo obeso y asqueroso y para nada guapa con esa cara repleta de asquerosos granos, tan repugnantes como ella. Pero no fue nada de eso lo que me llamo la atencion, estaba apoyada en mi taquilla.

Me acerque a ella con un sonrisa, me miró extrañada y se hizo hacia atras pegandose a mi taquilla y ensuciandola con sus sucios gérmenes de gorda. Agarre su sucia cara cuando estuve lo suficiente cerca y la estampo contra las taquillas. Siento como las miradas voltean hacia mi expectantes y como el silencio se extiende por el pasillo como la pólvora.

REALIDADES DIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora