Capítulo tres. I wanna hold your hand.

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—¿A dónde vamos?— Miró a Paul esperando respuesta, quién llevaba ambas manos en los bolsillos de su gabardina y vista al frente.

—¿En realidad? No lo sé, sólo sigo el sol— Dijo con una cálida sonrisa y ahora su viste en Juliette.

...

Juliette soltó una ligera risa, mirando a Paul casi con curiosidad infantil

—Bueno, entonces, sigamos al sol— caminaron un poco más hasta llegar a un hermoso parque, de ese tipo de lugares que uno vería en una película, de esos que ponen para las postales —¿El sol te dijo que viniésemos aquí? ¿En dónde estamos?— Preguntó mientras aun admiraba el entorno, con una suave sonrisa.

—Green Park— Un lugar tranquilo, rodeado de vegetación, un oasis en medio de una ciudad industrializada, vaya sensación de paz. Juliette disfrutaba de la vista y disfrutaba también de la compañía —¿Te gusta?— Paul la interrumpió de sus pensamientos más no le quito esa calma y tranquilidad que sentía.

—¡Vaya que sí!, y la verdad es que solo llevo un día en Londres, no he visto mucho, pero este lugar es increíble.

—En ese caso, tendré el honor de ser tu guía para conocer la ciudad.

¿Quién era este chico? ¿Cómo podía tan amable, qué era diferente en él? Ya tendría tiempo para descubrirlo. Pensaba Juliette. —Eso me encantaría, es una buena idea, tengo un mes antes de que comience en la universidad, así que sera emocionante, aunque no quiero lucir cómo un turista de mal gusto, ya sabes, visitando los lugares que todo el mundo visita.

—No podrías— La mirada de Paul se centro en ella y la comisura de sus labios se levantaba en una tenue sonrisa —Eres encantadora— Segundos después se expresión cambió, casi con pánico, percatándose de lo que había dicho, obligando a si mismo a desviar la mirada, seguida de una risa nerviosa—Quise decir que eres agradable.

El chico con la sonrisa hipnotizante, con la voz encantadora y segura, con una mirada fuerte, estaba igual de nervioso que Juliette. En sólo un par de horas pudo conocer algo más de Paul, que podía ser más que un chico común, podría ser un libro completo que leer y ¿ella podría estar dispuesta a intentarlo?

—Entiendo, entiendo, tranquilo.

Caminaron un rato más por el parque, hablando de diferentes cosas; cómo era Londres. Ella hablándole sobre su hogar en New Castle y él hablándole sobre Liverpool. "De ahí venía ese acento, ¿eh?". El tiempo pasó de prisa, no disculpando a nadie, pronto el sol había comenzado a ocultarse.

—Bueno, supongo que ahora será un poco más difícil seguir al sol

—Señorita Miller, Estoy seguro de que podríamos intentarlo, pero lo correcto es acompañarla a casa— Paul dijo cortésmente, pero con un suave tono bromista en su expresión.

—Muchas gracias, caballero— respondió con el mismo tono, sin embargo, una sonrisa en sus labios— Si, creo que también comienza a hacer algo de frío— Juliette cruzó los brazos sobre su pecho, en un intento de guardar un poco el calor.

—Espera— De inmediato, Paul se quitó su gabardina y la paso por sobre los hombros de Juliette —¿Que tal ahora?

—Mucho mejor, gracias— tomó la gabardina cerrándola un poco más. Disfrutando de que aún estaba caliente y sobre todo, disfrutando del olor de la prenda, una suave mezcla a tabaco, té y loción.

—Te llevaré a casa, pero...antes te prometí invitarte un té, ¿me dejarías invitarte a cenar?

—Yo...sí, me encantaría

—Bien, vamos— Comenzaron a caminar de regreso justo por el mismo camino por el cual llegaron. Y en cierto punto, Paul volteó con discreción a ver a Juliette, estudiándola un momento, admirando los detalles de su rostro. Mejillas suavemente rosadas, labios finos, nariz perfecta, enormes pestañas que ocultaban profundos y aun así dulces ojos azules, cabello castaño que caí con cuidado por sus hombros. ¿Si quiera era real? —¿Puedo?— señaló a su mano, con una voz suave y tímida.

Las mejillas de Juliette comenzaron a hervir y cualquier intento de ocultar sus nervios fue en vano cuando habló —S...s..si— "Bien hecho Juliette" Vamos, no necesitaba que se lo echaran en cara ¿Por qué le agradaba tanto este chico? ¿por qué era tan difícil desconfiar de él? ¿por qué se sentía tan cómoda con este chico? lo acababa de conocer después de todo...y se sentían como años.

Oh Darling! Paul McCartney Fan FictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora