Justin me llevo hacía el sofá de la habitación y dando pequeñas palabras de cariño me consoló, refugiándome en sus brazos y estrujándome de tal forma que me hizo sentir segura. Ese momento, mientras mis emociones se desbordaban y un creciente sentimiento de vació se expandía en mi interior, me pregunte cuando fue la última vez que alguien me abrazo o me hablo con tal ternura.
Las cosas con Valentino habían cambiado inmensamente desde que descubrió que había ido a ver a Justin en lugar de a mi padre. A partir de ese momento comenzó a tratarme con frialdad sin importar lo que hiciera, comencé a creer que si simplemente hacía todo lo que el quería las cosas volverían de alguna forma a ser como antes, aunque no estaba del todo segura de a que "antes me refería". Me era difícil pensar en un momento en el que las cosas se sintieran simplemente bien.
--Mil-- murmuró Justin apartándome con delicadeza de su cuerpo.-- ¿Sucedió algo?
--Quiero irme de aquí.-- susurre encogida y limpiando con la manga del costoso suéter las lagrimas que arruinaban mi maquillaje.
--¿Que?
--Quiero irme a casa, Justin-- las palabras salieron junto a otra descarga de emociones y más lagrimas.
--No llores, cariño.-- me atrajo a él y palmeo la espalda con ternura.-- si quieres que nos marchemos, nos marcharemos. ¿Por que no te cambias primero y después nos vamos? Arreglare unas cosas para que nos podamos ir. --Asentí con la cabeza y me puse de pie para dirigirme a la habitación, pero entonces, Justin me detuvo.-- Mil, no le digas a nadie nos marchamos ¿de acuerdo? de esa forma todo sera más fácil y rápido.
Tragando en seco, volví a asentir con un movimiento de cabeza.
Dejando atrás a Justin fue a la habitación donde mis maletas ya encontraban al pie de la cama. Tire la maleta sobre la espesa alfombra y la abrí de par en par, buscando en su interior algo cómodo. Aunque solo halle un montón de ropa de marca y zapatos costosos. Nada de eso era mió realmente, todo había sido elegido y pagado por Valentino. Mi ceño se frunció.
Un tanto frustrada me me incorpore y salí del cuarto, donde Justin estaba tecleando algo en su teléfono. Al sentir mi parecencia subió la vista.
--Just...¿traes algo de ropa?
--¿Ropa?-- mi cabeza se movió mientras mis mejillas se sonrojaban de vergüenza.-- Debo de traer algo en el maletero ¿Por qué?
--Es que... no encuentro nada...quiero decir, todo son vestidos y trajes de baño...y Valentino...
--Iré por ella, aguarda aquí.
Una pequeña sonrisa se instalo en mi rostro mientras el alivio cubría mi pecho.
Justin salió de la habitación y yo aguarde sentada en el sofá, con las piernas juntas y las manos en mi regazo, mirando a mi alrededor un tanto extrañada. ¿Cuando había llegado a ese tipo de lugar? ¿En que momento mi vida cambio de tal forma? Y por ende ¿Cuando había cambiado yo? ¿Por qué de pronto me sentía tan confundida?
La puerta volvió a abrirse minutos después, haciéndome sobresaltar. Justin entro con un par de prendas en sus manos. Cuando nuestras miradas se encontraron ambos sonreímos.
--No estoy seguro de que te quede, quizás su lo ajustas bien en la cintura funcionara.-- explico extendiéndome la ropa.
--De acuerdo, gracias.
Me sonrió una vez más de forma cálida y yo regrese a cambiarme. Era cierto que nada me calzaba bien, de hecho, era todo enorme; los pantalones chandal grises y la sudadera amarilla, pero estirando todo lo que daba los listones de la cintura conseguí que estos no se deslizaran por mis piernas.