𝖒𝖎𝖑 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔𝖘//ꜱᴡᴇᴇᴛ ᴘᴇᴀ

𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕴; 𝖊𝖑 𝖗𝖊𝖌𝖗𝖊𝖘𝖔

Después de tanto tiempo, 5 años para ser concretos, por fin iba a poder pisar de nuevo la ciudad donde me crié RIVERDALE, donde he pasado la mayor parte de mi vida.

Acababa de subir al autobús que llevaba a la ciudad, y ya veía un cartel que me hacia saber que riverdale quedaba a 6km de aquí

Eso quiere decir que tan solo quedarían unos 8 o 9 minutos como mucho.

Decidí ponerme a leer el libro que he estado leyendo durante todo el viaje. Me gusta leer, me ayuda a olvidarme de todo lo que me rodea.

A penas me di cuenta y ya estaba pasando el cartel de:

BIENVENIDOS A RIVERDALE

¡Que emoción!

Por fin, después de 5 años volvería al sitio que tanto he querido

Donde están las personas que más quiero.

El autobús se paró, dándonos a entender que ya habíamos llegado a la parada de autobuses.

Bajé.

Mi casa estaba apenas a unas manzanas de allí, lo recordaba a la perfección.

Por el camino hacia mi casa me di cuenta de que apenas había gente por las calles.

Riverdale siempre ha sido un lugar Feliz donde los niños corrían de un lado hacia el otro.

Pero está vez tenía un aire diferente, las calles estaban desiertas, no se oía ningún ruido... algo malo pasaba

Llegué a mi casa sin ningún problema, toqué a la puerta dos veces deseando que alguien estuviera allí para abrirme

y así fue, me abrió kevín, mi hermano, probablemente la gran parte de la razón por la que este aquí

-¿Lea, eres tú?- dijo por detrás de la puerta empezando a abrirla, supuse que habría mirado por la mirilla-enserio eres tú-dijo para finalmente encontrarme frente a el- ¡innegablemente si que eres tú! me alegro tanto de verte hermana- dijo incrédulo.

enseguida ambos estabamos fundidos en un abrazo, que ambos necesitabamos.

-kev, he pensado todos los dias de estos cinco años en ti, y no te recordaba tan alto- dije rompiendo el silencio y haciendole reir como siempre.

-y yo no te recordaba tan bajita- dijo devolviéndome el golpe- pero sigues igual de guapa-dijo finalmente

-acabarás por sonrojarme- dije con un tono de ironia, me encantaba estar de vuelta.

-Lea, eres consciente de que llevamos 5 años sin vernos ¿no?- contestó supervisandome de arriba a abajo

-Pensé en volver mucho antes, pero las cosas con mamá se jodieron un poco, vine lo antes posible, así que ya me teneis de vuelta- dije ilusionada, con una mirada llena de alegria.

-kevin, ¿va todo bien por ahí fuera?- pude reconocer esa voz a la primera, como olvidarla, mi padre, la persona que me enseñó toda clase de valores, sí, mi padre.

kevi me miró con una muy amplia sonrisa en su cara la cual expresaba de una forma muy sincera todo lo que me habían echado de menos

a lo que yo también le sonreí y pasamos dentro de la casa

cuando papá se percato de mi presencia, pestañeo un par de veces incredulo por la situación, no me extraña, imaginaros estar cinco años sin ver a vuestra hija.

ambos nos miramos, este momento, el momento que habia estado soñando tanto tiempo, juntos otra vez, como una familia, ha falta de uno.

-Lea..-No le deje acabar por qué enseguida nos fundimos en un abrazo, que solo una muy buena excusa podría romper.

-Lea, no me imaginaba verte por aquí hasta dentro de mucho tiempo, estás preciosa- dijo mi padre cogiéndome por los hombros haciendo que le mirara a los ojos

- iba a venir lo antes que pudiera, y aquí estoy de nuevo- dije rodeando su cara con mis finas manos para después volver a fundirnos en otro abrazo

-por cierto, ya sé que no me esperabais por aquí, asi que espero no molestaros mucho- dije girando mi vista hacia el equipaje que llevaba, definitivamente, demasiadas compras en chicago.

- ¿molestia? ¿desde cuando a una hija se le llama molestia?- dijo haciéndonos reir a kev y a mí

-nunca cambiarás- conteste volviendo a abrazar a mi padre

-dime lea,¿cuanto tiempo has planeado quedarte?-empezó a hablar sacando otro tipo de conversación

-supongo que hasta que os canséis de mi- le contesté con una sonrisa ladeada

-eso es un "hasta que yo me canse de vosotros"-dijo kevin haciéndonos reir a los tres

-posiblemente sea eso- le dirigí una mirada rápida para luego volver a hablar-me cansé de la vida en chicago, necesitaba venir aquí a vivir, cambiar de aires-finalicé 

ambos hicieron una mueca, cosa que a mi, me alarmó un poco

-¿pasa algo?-pregunté preocupada por ellos

-pues, bueno riverdale últimamente ya no es lo que era antes, asesinos sueltos, psicópatas, dementes, y un tío encapuchado que va matando a gente- posiblemente kevin lo soltará sin pensar en mi reacción, ya que a mi me vino por sorpresa

 Miré a papá

-kevin tiene razón, aunque no nos guste..-contesto dejando un vaso de agua que había cogido de la nevera-disparó a fred Andrews y asesinó a la Sra.Grundy, ya sabes la profesora de música

-pero, como es posible, tan solo me he ido cinco años y pasa de todo- dije sentándome en el sofa, bebiendo del vaso que posteriormente había dejado mi padre

-pero, no te preocupes, vives con el sheriff de la ciudad- me dijo guiñándome un ojo divertidamente

-bueno, para hablar de otras cosas, dime kev,¿ hay alguna afortunada o afortunado por ahí?- pregunté curiosa, siempre nos habia gustado cotillear a ambos sobre estos temas

el se puso muy muy colorado y entonces añadió

-Pues tuve algo con una serpiente pero no salió como yo quería-dijo rascandose la nuca algo nervioso

papa sonrió, se notaba que no estaba de acuerdo con está decisión de kev, de salir con serpientes

-Hablando de serpientes, creo que hay alguien que querrá verte enseguida-dijo, refiriendose posiblemente a jones, mi mejor amigo, siempre lo había sido.

-¿jones?- pregunté entusiasmada de volver a oir su nombre de alguien tan cercano

el se limitó a asentir

-siempre supe que acabaría ahí metido, ya sabes su padre pertenece a esa banda- dije sonriendo, si el estaba agusto, yo no le iba a impedir nada

Jughead Jones, mi mejor amigo, como un hermano para mi, siempre he creido que fingía su felicidad para vernos feliz al resto.

-

y así pasamos toda la tarde, entre risas y comentarios de todo tipo

hablando de mi vida allí y de sus vidas aquí

en familia

justo lo que había soñado por casi 5 años

después de una calurosa bienvenida, decidimos ir hacia el pop,s a pedir algo, se suele decir que en tiempos de crisis se pierde el apetito, pero a mí, me pasaba justo al contrario.