Estaba comenzando ya a odiar su nombre.
Escucharlo decir tantas veces al día ese maldito nombre me estaba colmando lo poco que tenía de paciencia en cuanto a tranquilizar mis celos."A. Esto" "A. lo otro"
Estaba jodidamente harta de ello y simplemente quería gritar que dejara de decirlo. Que dejara de prestarle atención. Que se quedara conmigo para siempre.
Pero, no podía.
ESTÁS LEYENDO
Frases Y Textos
De TodoFrases o párrafos que me llegan del alma y guardaré aquí. Probablemente la mayoría me pertenezcan.