"Shhh.. No tan fuerte" susurró a mi oído. Es inevitable no gemir. La adrenalina de estar haciendo lo prohibido es demasiado fuerte. Nuestras respiraciones y el sonido de la mesa contra la pared, es lo único que se puede oír. Estoy disfrutando todo lo que está pasando. Él conoce muy bien lo que me excita ... Porque es mi mejor amigo.
"Alguien nos pue.." Me calló con un beso donde ahogó sus gemidos mientras terminaba dentro de mi. "Nadie nos iba a ver aquí.. Jaja. ¿Tienes hambre?" Como siempre, ahora Íbamos a fingir que nada pasó.
Delante de todos somos solo amigos, de hecho somos SOLO amigos según él. El problema es que yo no lo veo así.
"Sí, tengo hambre. Compremos unos tacos." Sonreí. "¡Super picantes! Como te gustan.." "Exacto." Compramos los tacos y nos sentamos a comer.
"¿Sabes quien me llamó ayer? La rubia Natalia, ¡LA RUBIA!" "¿Cual de todas las rubias Javier? Por Dios..." "La del culo grande" "ehh... ¿okay?" "No te pongas así Nati" sonreí como si nada pasara y me termine mi taco. Aveces no podía entender porque era tan difícil para Javier, darse cuenta que estaba completamente enamorada de él.