=La chica nueva=

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Ya es lunes por la mañana y todos los estudiantes de la Preparatoria Blueberry recorren como zombies los pasillos hacia su próxima clase. Lucy entra al salón del profesor Coleman y busca su asiento al final de todo. Justo a su lado su compañero, Michael Henderson, se columpia en la silla de manera despreocupada mientras observa con detenimiento su teléfono. El pelirrojo se da cuenta que la rubia no ha quitado los ojos de él desde que llegó; Lucy es una chica curiosa.

—¿Me vas a preguntar lo que estoy haciendo o estás esperando a que te lea la mente? —Mike ríe cuando las mejillas de Lucy se encienden, dándole un toque de inocencia a su carita —. Ya, Lucy, tampoco debes ponerte así, aunque te ves bonita haciéndolo.

—¿Qué veías? —pregunta, evadiendo el comentario de su amigo.

—¿Recuerdas a mi hermanastro Nathan? —ella asiente —. Bueno, un chico de su clase me pidió mi teléfono para poder hablar con él, al parecer le gusta pero no se anima a iniciar una conversación normal en persona.

—Oh —Lucy se remueve en su asiento—¿Y por qué no le diste su número? —indaga como si fuera la obviedad más grande del mundo.

—¡¿Estás demente?! Estamos hablando de Nathan "bloqueo a cualquiera que no conozca" Allen, es un quisquilloso cuando se trata de desconocidos, además de que odia a sus pretendientes. Al parecer quiere ser uno de esos gays solterones que todos odian pero al mismo tiempo aman.

—O quizá sólo quiere esperar a que el chico indicado aparezca — juega con sus dedos sin despegar la vista del chico —. Recuerda que las anteriores parejas de Nathan no fueron lo que él esperaba, se decepcionó de cada chico que tocaba a su puerta y le pedía una cita, es todo.

—Puede que tengas razón — guarda su teléfono cuando ve que el profesor entra a la clase y abre su gordo maletín —. Pero no quita el hecho de que su único chat es muy gracioso.

A Lucy le causa gracia y ternura a la vez, su amigo es todo un insistente cuando empareja a las personas, sobretodo cuando son chicos. Muchos de sus compañeros más cercanos han llegado a creer que Michael es gay al igual que su hermanastro, pero Lucy y Nathan saben que sólo es otro chico hetero con una obsesión a las parejas homosexuales.

La clase acabó más rápido de lo que esperaban, y ahora ambos chicos se dirigen a las canchas de la escuela, donde tienen gimnasia deportiva.

La profesora Giménez pide que hagan una sola fila para dictar los ejercicios a realizar el día de hoy. Pero los alumnos se sorprenden cuando la mujer dice tener un anuncio importante que darles.

—¿Está embarazada? —pregunta una de las chicas.

—¿Dejará la escuela?

—¿Está embarazada y dejará la escuela?

—No es nada de eso — interrumpe molesta —. Tenemos una nueva estudiante que se incorporó hace un par de días a la escuela, así que espero la traten como se debe y no causen problemas... Al menos no en mi hora. ¡Diez vueltas completas a la cancha! Si paran, se les agregará cinco minutos más.

Lucy y Mike buscan alguna cara nueva mientras trotan, Mike ya empezó a sudar. A ese chico no se le dan los deportes.
Lucy pronto da con la chica nueva. Es más o menos de su estatura -quizás un centímetro más alta-, tiene el cabello pintado de azul que le llega hasta por debajo de los hombros. Es delgada pero su cara tiene una forma algo circular. A Lucy le parece una de esas chicas roqueras salidas de películas, pero elimina ese prejuicio cuando no encuentra tatuaje alguno dibujado en su piel o algún piercing clavado en sus cejas o labios.

Escucha a los chicos que van detrás suyo decir que es una chica bastante bonita y se siente algo cohibida.

¿Daniel pensará que es bonita también?

—No sé qué le ven — admite con tono molesto Mike —. Yo la veo como cualquier otra chica, no tiene nada de especial.

—Tampoco tienes que ser tan cruel — lo reprime la rubia —. Lo mismo diría ella sobre ti, incluso sobre mí. No debes ser prejuicioso sobre las personas sólo por su apariencia física, no la conoces a ella así que no puedes acotar nada.

—¿Y me lo dices a mí? —ríe sarcástico—. No puedo leer tu mente, Lucy, pero algo me dice que en cuanto la viste pensaste en Daniel y en cómo reaccionaría si conoce a la nueva.

Se hace un silencio incómodo entre ellos.

—Ya, Lu, lo siento pero por lo que más quieras no te pongas triste. Mandy Rogers  está en esta clase y si llegas a hacer algo que ponga en peligro tu dignidad lo sabrá toda la escuela.

—Perdón~, no puedo evitarlo... A veces siento que soy una mala persona —admite viendo el suelo.

—No entiendo.

—Es que... Daniel siempre es lindo conmigo e intenta animarme en mis malos días... Pero, aún así, cuando llega el momento en que yo debo hacer algo por él simplemente no me sale. Arruino todo preguntándome el porqué de nuestra relación, trato de no pensar en que Daniel se hartará de mí y de mis inseguridades... Me quedaré sola y él conseguirá a una chica que pueda amarlo, en lugar de llamarle para asegurarse de que él la ama a pesar de todo... Y es triste, ¿sabes?... Porque siento que este será el año en que eso pasará y que ya no va a haber vuelta atrás...

—Él no tiraría dos años de noviazgo a la basura —asegura.

—¿Qué tal si lo hace? La profesora Chang dijo que la etapa de enamoramiento sólo dura dos años.

—Deja a un lado a la loca Chang y a sus abuelos de la Psicología. Y para de preocuparte por algo que no pasará, él te ama y te lo demuestra, no por nada soportó todo este tiempo junto a ti, si quisiera abandonarte lo hubiera hecho hace mucho. Ustedes seguirán juntos pase lo que pase, quieran o no, porque están hechos el uno para el otro y quien crea lo contrario que me lo haga saber, le meteré sus palabras en la nariz por tratar de arruinar mi Danucy.

—Tú y tus raras manías por mezclar nombres.

—Así nací y así moriré —hace una pose de diva y Lucy no puede evitar reír.

Tal vez tenga muchas inseguridades que vienen y van, pero sabe que su amigo siempre estará ahí para ella.


Di que me amas [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora