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— ¿Entonces tenemos como cuarenta hermanos? — Pregunta la pequeña organización emocionada, su padre asiente, estrechándola en sus brazos.

— Así es, pero hoy es un día muy especial, y mamá necesita estar sólo por unos momentos.

Su hijo se aferra al suéter del estadounidense, viendo con nervios como su madre se inclinaba frente a un mausoleo.

Estaba triste.

— ¿Aquí vive? — Pregunta su hermana. El mayor aprieta con más fuerza el suéter de su papá.

— Algo así. — Contesta ONU, mirando como su pareja deja un ramo de rosas en el frente de la hermosa construcción.

— ¿Cuántos años tiene? — Inquiere esta vez el de bandera tricolor.

No se atreve a decirle, que ese pequeño no pudo nacer, así que no tiene edad.

— Unos doscientos años. — Responde la voz del latino por él. El mexicano se acerca a ellos, sacudiendo los cabellos en la cabeza de su hijo, depositando un beso en los labios de su esposo y tomando en sus brazos a la pequeña.

Se alejan del lugar a paso seguro.

Los ojos de Munxo, pese a esto, no abandonan el mausoleo. Ahora con flores frescas de cempazuchitl y flores de las nieves, ¿Edelweiss?

Los morros mecos |OnuMex|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora