ENCONTRARTE OTRA VEZ (CAMREN minific)

ENCONTRARTE OTRA VEZ (Parte 1)

Departamento de Defensa de los Estados Unidos, 08:47 a.m.

La Sargento Camila Cabello caminaba por los pasillos del Pentágono; vestía su traje militar sus botas de combate. A su paso llamaba la atención del personal del edificio, pues a sus 25 años era una muy atractiva oficial de alto rango, experta en armamento de todo tipo y siempre dispuesta a servir a su país, sin importar arriesgar su vida en peligrosas misiones. Varios de esos actos heroicos le habían ayudado a conseguir un rápido ascenso de rango. A pesar de su estatus, no era una engreída, por el contrario siempre tenía buena disposición con sus compañeros y soldados de rango inferior conservando el respeto de su jerarquía, pero sin caer en la prepotencia. Su padre Alejandro, fue un comandante del ejército que murió en combate cuando ella tenía doce años de edad. Era un hombre respetado y recordado por su valentía y su espíritu de servicio, para Camila era prácticamente un héroe. Su madre Sinu, se volvió a casar dos años más tarde con un empleado de una compañía de suministros de computación y de esa unión nació Sofía, quien era la adoración de la Sargento. La relación de madre e hija se vio afectada cuando Camila decidió entrar al ejército y seguir el camino de las armas. 

—Buenos días, Sargento Cabello.

—Buen día, capitán Osborne.

Camila correspondió con el saludo militar al oficial que pasó junto a ella y después, llegó hasta un salón especial con enormes y pesadas puertas. Tocó tres veces y dos alférez abrieron haciendo el saludo militar. Ella entró y saludó de forma respetuosa a los ahí presentes, eran alrededor de cincuenta oficiales militares de distintos rangos. El Coronel Daniels, un hombre afroamericano de alrededor de 55 años, estaba de pie al frente y miró a su alrededor con seriedad, consultó su reloj el cual marcaba las 0900 horas; la hora acordada para el inicio de la reunión.

—Bien, damas y caballeros. Ya estamos todos, así que daré comienzo al tema de esta junta. Han sido llamados aquí por poseer una conducta intachable en su servicio a las fuerzas militares, así como por tener amplio conocimiento y experiencia en diversas áreas. Ahora, la patria los necesita para una importante misión, pues ustedes han jurado lealtad a los Estados Unidos defendiendo a la sociedad y a su soberanía, por eso mismo han sido meticulosamente elegidos para una importante misión ultra secreta. Un escuadrón militar especial estuvo en Irak, donde realizó durante varios meses una profunda investigación a una célula del Estado Islámico, descubriendo que planean un ataque terrorista a los Estados Unidos. 

Los militares se miraron unos a otros y comenzaron a murmurar. 

—Guarden silencio y mantengan la calma, por favor. 

Un hombre de alrededor de 35 años levantó la mano. —Solicito permiso para hablar, señor. 

 —Adelante, Sargento Scott.

El hombre se puso de pie, —¿Que tipo de ataque tienen planeado, señor?

—Uno muy similar al S-11, hay bombas de alto poder y varios aviones caza. Nuestro escuadrón especializado ha enviado una serie de drones que han peinado la zona, detectando armamento y soldados kamikaze.  Suponemos la utilización de bombas humanas que podrían infiltrarse en lugares de alta afluencia. 

El Coronel Daniels se acercó a un muro donde desplegó un mapa con varios puntos señalados. 

—Es una zona de alto riesgo, como pueden ver. Es por eso que he hablado con el comité de seguridad de los Estados Unidos y solicité una audiencia especial con el señor presidente, explicándole la problemática y ha girado instrucciones para que de inmediato, tomemos las medidas necesarias para desmantelar la célula y asegurar así, la integridad y la paz de nuestra nación. Además, me ha dado total poder para formar un escuadrón militar de élite destinado para esa misión. Es por eso que, después de un análisis exhaustivo con mis subalternos, hemos solicitado la presencia de cincuenta miembros del ejército, entre hombres y mujeres expertos en diversas categorías. Por eso están ustedes aquí, señores.