ENCONTRARTE OTRA VEZ (CAMREN minific)

ENCONTRARTE OTRA VEZ (Parte 2)

Lauren despertó y abrió los ojos levemente, se giró buscando el tibio cuerpo sobre el que había dormido la noche anterior, pero no lo encontró; en su lugar, había un espacio frío y vacío. Se enderezó mirando a su alrededor. 

—¿Camila?

Preguntó un par de veces más, pero no obtuvo respuesta. Sintió angustia y se levantó buscando el arma que había guardado en un cajón la noche anterior y la encontró intacta, tal y como la había dejado. Tomó su ropa y se vistió rápidamente y con su arma lista revisó la habitación y después, lentamente salió de ella, alerta ante cualquier ataque, ya que seguía presente en ella esa sensación de que todo era una trampa. Revisó cada rincón de su casa buscando a Camila o a cualquier otra persona dispuesta a hacerle algún daño, pero no encontró a nadie, tampoco había objetos sospechosos. Una vez que se cercioró de que el lugar era seguro, guardó su arma y se dirigió nuevamente a la habitación buscando algún recado o algo que le indicara cómo podía localizar a esa mujer maravillosa con la que había pasado la noche más increíble de su vida. Su decepción fue muy grande; ella había desaparecido sin dejar rastro. 

Decidió prepararse para ir a la estación de policía a realizar sus labores del día y, desde luego, a comenzar la búsqueda frenética de esa mujer de la que sólo sabía su nombre. Justo cuando buscaba las llaves de su Tesla miró hacia la chimenea y se percató de que no estaba su fotografía de cuando formaba parte de la academia de policía, sonrió porque Camila se había llevado una especie de recuerdo y eso significaba que para ella, no era una chica más, lo que pasó significó algo importante. Eso la terminó por convencer de buscarla y averiguar el motivo por el cual desapareció de su vida sin más explicaciones. 

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Camila cargaba su mochila con provisiones, tenía órdenes expresas de subir al avión que llevaba el armamento especial; se le había asignado un escuadrón de quince integrantes bajo sus órdenes directas y debía administrarles las armas al llegar al punto de reunión en medio oriente, ya que ellos serían el primer grupo de exploración. Caminaba rumbo al hangar de la estación militar, cuando fue alcanzada por un oficial del ejército.

—Sargento Cabello, espere. 

Ella se giró al escuchar su nombre y de inmediato tomó la postura de firmes haciendo el saludo militar correspondiente, al oficial superior que se acercaba.

—¡Teniente Hanks. Señor! 

—Descanse, sargento. Vi que le asignaron un escuadrón.

—Es correcto. 

—Es el primer grupo que irá al frente en la misión, para realizar exploración de la zona.

—Así es, mi escuadrón será quién hará la primera expedición.

El hombre respiró profundo y miró a su alrededor verificando que nadie estuviera observando y comenzó a hablar con suavidad. —Como sabes, conocí a Alejandro, tu padre. Era un gran hombre.

Camila, quien hasta el momento había permanecido imperturbable y con la vista al frente y respondiendo con voz firme a las preguntas de su superior, como corresponde al protocolo militar, giró lentamente los ojos y miró al hombre. —Gracias, señor. Lo era. 

—Hablé con él justo unas horas antes de subir al avión que lo llevaría a Bagdag. Se sentía emocionado, pero me confesó que esa sería la última misión que realizaría, ya que deseaba estar con su familia. 

La sargento sintió un nudo en la garganta, pero mantuvo la seriedad y la ecuanimidad, escuchando atenta las palabras del Teniente, un hombre que tendría al menos unos 10 años más que los que tendría su padre si viviera.