OO1.

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Martina.

—Dale gordo, estamos llegando tarde.

—Si perdemos el ferry va a ser tu culpa por traer tanta ropa.

Giré mi cabeza y reí al ver a Santi luchando con tres valijas, de las cuales dos eran mías. Que se la banque por hacerse el caballero.

Mi corazón explotaba de felicidad. Aunque no me gustaba tanto la idea de dejar a mi Montevideo querido, ya era hora de luchar por mis sueños. Bueno, por nuestros sueños. Santiago con los suyos de romperla en la música, y yo con el mío de comenzar una carrera como modelo publicitaria.

Al llegar a Buenos Aires nos encontramos con Mauro, un amigo de mi novio. Cuando Mau se enteró que Santiago tenía un par de shows en Argentina, lo primero que hizo fue ofrecernos su casa, o como él y sus amigos la llaman, "la mansión".

A Duki lo conocí en Montevideo, cuando grabó una canción con mi novio. Desde el primer momento pegamos onda, y hoy lo considero mi amigo también.

—Como te extrañé loquita—. Exclamó Mauro y me rodeó con sus brazos. Yo hice lo mismo con él. —Bueno y a tu novio Zantito también, que no se ponga celoso el wacho.

Santi y yo reímos. —No, no, ya la cagaste— dijo mi novio riendo y se unió a nuestro abrazo.

En la media hora que tardamos en ir desde el puerto a la mansión, Mauro me contó un par de cosas sobre los chicos que viven con él, a quienes yo conocía solo por sus nombres artísticos, Ysy A y Neo Pistea. A diferencia de mí, Santiago ya los conocía y tenía buena onda con ellos también.

A pesar de que con Santi insistimos en dormir en un sofá o un colchón en el suelo, Mauro nos dejó su cama, bueno, su cuarto entero. Él se mudó a la habitación de Neo y según él, salió favorecido.

—Acá el Neo tiene la propia ventana, para fumar un porro y viajar viste—dijo el pelirrubio mostrándonos el cuarto de Sebastián. —Yo a veces le usurpo la habitación, así que ahora ni me tengo que mover. Ustedes duerman en la mía tranquis.

Finalizamos el tour de la mansión con el cuarto de Ysy A, era el último por pasillo en la planta alta. Mauro golpeó la puerta y no esperó respuesta que ya la estaba abriendo.

—Llegaron los uruguayos —exclamó Mauro sonriendo y entró a la pieza, dejándonos pasar.

Un pelirrubio se levantó de la cama frotando sus ojos y con cara de dormido.

—Que onda wacho —dijo sonriendo y abrazó a Santiago.

—Todo bien loco? —saludó mi novio correspondiendo al abrazo y luego chocaron sus puños.

—Hola, mucho gusto—dijo Ysy saludándome a mí con un abrazo también. —Soy Alejo.

—Yo Martina— respondí sonriendo y mirándolo a los ojos al separarme de sus brazos.

—Viene Brunito hoy? ¿O sale alta joda de bienvenida para los pibes? —preguntó Mauro.

Quería saber quien era Brunito, pero la timidez me ganó y no pregunté nada.

—Sale joda— dijo Alejo seguro. —Brunito pasa el finde con la abuela.

—Eu, Marti —dijo Mauro y lo miré un poco perdida. —Colgaste wacha, te decía que la voy a invitar a Iara a que venga, por lo menos tenés con quien conversar.

—Ah sí! —exclamé— obvio, invitala, la quiero ver.

Me quedé unos minutos escuchando la conversación de los chicos. Que las barras esto, que el flow aquello. Yo no entendía mucho. —Chicos, los dejo, voy a ordenar un poco la ropa— dije levantándome de un sillón que tenía Alejo en su habitación. Los chicos conversaban mientras veían videos en una laptop. 



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Espero que les guste! 

Enamorada del diablo. || YSY AWhere stories live. Discover now