Enamorada del diablo. || YSY A

OO4.

Martina.

—Wachos, está el almuerzo —Era Mauro del otro lado de la puerta —Son las tres de la tarde giles.

—Voyyy —Me levanté de la cama, entré al baño y me di una ducha super rápida. Me vestí con ropa cómoda y me hice un moño en el pelo.

—Baja vos amor, yo voy a dormir un rato más —dijo Santi aún con los ojos cerrados.

—Está bien —respondí y le di un beso en la frente. A la noche Santi tenía un show en un boliche así que entendía que quisiera descansar un poco más.

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Me senté a la mesa con Iara, Mauro y Alejo. —Te sirvo? —preguntó este último con una jarra de agua en la mano.

—Si porfa —sonreí mirándolo a los ojos y le acerqué mi vaso. —¿Quién cocino todo esto?

Iara y Alejo levantaron la mano. Yo reí mirándolo a Mauro. —Que wacha? Yo puse la mesa. Mirá estas servilletas todas dobladitas. —dijo mostrándome las servilletas dobladas en triángulo.

—No, la verdad que te pasaste —le dije sonriendo y le hice pulgares arriba.

Nunca me había gustado la sobremesa, pero con estos tres la estaba pasando super bien.

—Entonces le dije que se deje de mirarme la wacha, colta. —contaba Mauro — Y encima Iara me agarraba del brazo, yo ya estaba re caliente, viste como es, me miran a la jefa y me pongo loco. —Iara se mordió el labio inferior y negaba con la cabeza sonriendo.

—Ahí llegue yo a salvarlo, porque adentro del boliche estaban todos los amigos del wacho este. —dijo Alejo mirándome— No sabes lo que eran, uno mas grande que el otro.

—Uy no —dije riendo— Y como zafaron?

—Yo los calmé, —aclaró Iara— a ellos y al otro pibito.

—Viste, y te querías llevar los créditos —le dije sonriendo a Alejo.

—Igual nunca buscamos bardo —dijo Mauro— los bardos nos buscan a nosotros, ndeaahhh. —Iara y yo nos reímos.

Me ofrecí a lavar los platos, pero Alejo insistió en lavar él, entonces lo obligué a que me deje secar.

Iara y Mauro se fueron a la sala de estar a jugar a la play, dejándonos a Alejo y a mí solos. —Neo está de viaje? —pregunté mientras secaba cada cosa que Alejo terminaba de lavar.

—Si, esta de gira, por acá cerca, pero viene la semana que viene —respondió.

—Y como se llevan todos? ¿Vos tenés un hijo no?

—Por ahora nos llevamos re bien—dijo sonriendo— Tengo un hijo si, Brunito, tiene 3 años.

—Y vive acá con ustedes?

—Si, ahora está con mamá. A veces me lo cuida, los fines de semana más que nada.

—¿Tu mamá?

—Si, la de él quien sabe dónde anda.

—Ahhh —dije pensando en qué contestar, pero justo me salvó mi novio apareciendo en la cocina. —Que cara de dormido gordo.

Se acercó a mi y me dio un beso. —Que comieron?

—Esto mirá, Alejo y Iara se pusieron la 10 —le dije sacando de la heladera un plato repleto de comida que le había guardado para él.

—Que grandes —dijo riendo Santi y se sentó a la mesa para comenzar a comer.

—Bueno, los dejo —dijo Alejo secándose las manos.

—Quedate boludo —contestó mi novio.

—No no tranqui, voy a llamar a mamá a ver que está haciendo Brunito.

Sonreí al escucharlo y me senté en una silla frente a mi novio, viéndolo comer mientras conversábamos.

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—Que diosa Marti —exclamó Iara al pasar por la puerta de mi habitación.

—Diosa vos wacha —reí y la invité a que pase. —Cual me queda mejor? —le pregunté mostrándole dos opciones.

—El body negro, de unaaa —dijo señalando un body negro de encaje.

—Vos si que sabes elegir —reí y le agradecí.

Una vez que terminé de vestirme y maquillarme, me encontré con mi novio en la cocina.

—Mirame—dije riendo y giré varias veces para que vea mi outfit.

—Que bombón que sos —sonrió y me dio un beso en los labios abrazándome. —Estoy un poco nervioso

—La vas a romper hoy, no estes nervioso —dije sobre sus labios y acaricié su mejilla.

—Gracias gorda —me dio un pico— ¿Y yo como estoy? —preguntó y giró sobre sus pies imitándome

—Sos un 10 bebé —reí y lo abracé.

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Comenzaba a sonar "Aturdido", la primera canción que cantaba Santi en la noche.

—Del revés, hasta las 6, vos llamame que yo estoy en 10—cantábamos con Mauro y bailábamos en la zona vip del boliche.

Con las chicas y Mauro estábamos super enfiestados, fumando un porro mientras cantábamos.

Alejo.

—Eu, la vas a ojear —me dijo Mauro pasándome el porro.

—¿A quién?

—A Martina, no te hagas el boludo.

—No la estoy mirando —dejé salir el humo de mi boca y crucé miradas con Martina, ella me sonrió.

Bueno, tal vez si estuve mirándola un poco y no me había dado cuenta.

—Acordate que tiene novio la wacha

—Pero no la estoy mirando —insistí.

Duki me miró negando con la cabeza. Me conoce más que a mi mismo.