Siénteme En San Valentín (TianShan)

Siénteme en San Valentin ♡

Nota: Demasiado fluff (enserio, esto es demasiado cursi por momentos. El conflicto se arregla rapidísimo, porque, de verdad, quería escribir algo tierno.

Esta es la historia paralela (y 2da parte) de mi especial pasado; bésame en San Valentín, puedes leer cualquiera de los dos si gustas, sin necesidad de seguir un orden concreto.

Especial de San Valentín 2023.

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"Dime si las cosas que te traje te gustaron.

Si algo de lo que te dije te hizo daño.

Tuve algunos momentos de completa seguridad.

Latigazos de lucidez.

Dime si la espuma del cortado te complace

Si pensaste alguna vez en olvidarme

Si cambiaste alguna frase

En el último segundo, antes de hablar." (1)

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Llevaba toda la semana con un bajo perfil. Cada recoveco de la escuela servía para esconderse y cumplir este objetivo.

El 14 de febrero se anunciaba con prontitud y a Mo Guan Shan no le apetecía, para nada, eso de tener que pedir permiso en el nuevo trabajo para poder cumplir los caprichos de He Tian.

—Mi amor~ no te escondas.

Un largo escalofrío recorrió la espalda de Mo, quien levantó los pies del suelo para colocarlos encima de la tapa del váter.

—Vi entrar a tu bonita cabecita roja, no creas que soy paciente, Mo —dijo He Tian con voz bizarra, como si estuviera en proceso de tantear el terreno antes de atacar—. ¿Estás en este? O... ¿En ese otro?

Escuchó a alguien tirar de la cadena y Mo no pudo sentirse más avergonzado. Salió del baño donde se mantuvo escondido para notar a un estudiante que los miraba a ambos igual que bichos raros.

He Tian, sin importarle la presencia del otro chico, se abalanzó sobre Mo.

—¡Te encontré!

—¡Déjame, idiota! —gritó Mo, en un intento de que He Tian se apartara de encima— ¡¿Y tú que miras!? ¿Eh?

El chico se lavó las manos con rapidez y salió apresurado del baño, al mismo tiempo en que el timbre del comienzo de clases sonaba. He Tian se acercó a la puerta y puso el pestillo, sabiendo de antemano que Mo no querría ser escuchado mientras hablaban.

—Entonces ¿Por qué me has evitado toda la semana?

Mo se aproximó a los lavabos con las mejillas sumergidas en un intenso rubor y ambas manos temblorosas. Esa era la conversación que planeaba aplazar hasta el quince.

—¿Quién te ha evitado? Solo he tenido muchas tareas y... trabajo.

—¿Y no has tenido ni un instante para acercarte?

Mo se encogió de hombros, abrió el grifo para mojarse la cara, pero He Tian cerró la llave y lo hizo retroceder hasta que la espalda de Mo dio contra la pared, quien por inercia alzó un poco la mirada.

Pupilas dilatadas, que contrastaban con la mirada seria y las cejas contraídas de He Tian. Sin duda daba miedo cuando He Tian se enojaba o indagaba por respuestas; en ese momento eran ambas situaciones.