Creadora: @EdenDaphne
Traduccion: @PaulyAgreste
Adrien tenía veinte años cuando se convirtió en Chat Noir y conoció a Ladybug. Cuatro años más tarde, en el momento más difícil de su carrera universitaria, conoce a Marinette Dupain-Cheng.
Una univer...
La luz del sol entraba por las ventanas. Afuera, Chat podía escuchar el zumbido de una abeja y su oreja se contrajo, pero se quedó quieto. Se necesitaría algo mucho más grande que una abeja para que se mudara de su lugar actual, ubicado en la cama de Marinette, jugando con su cabello mientras su novia dormía contra su pecho.
Suspiró, mirando al techo.
"¿Estas bien?"
Marinette levantó la cabeza, como si sintiera que su mente estaba un poco lejos del paraíso que debería haber sido. Su pulgar acarició su pecho de una manera subconsciente y reconfortante y él la apretó con más fuerza para tranquilizarla. "Sí", suspiró. "Estoy bien. Sólo de pensar."
"Uh-oh", ella se rió, presionando sus labios en la esquina de su boca, y él inclinó su cabeza en respuesta, tirando de ella en un beso más suave. "He oído pensar que es un pasatiempo peligroso. ¿En qué estás pensando?
"Ah, nada, es estúpido", Chat miró hacia otro lado, avergonzado de haber sido atrapado. Porque era estúpido, lo era. Antes de que ella tuviera la oportunidad de presionar más, él se animó, llevándolos a ambos a una posición sentada. “¡Pero tengo algo para ti! Para nuestro aniversario. Bueno, supongo que técnicamente no es un aniversario, aunque nunca he estado en una relación durante seis meses antes, así que ... me equivoco ...
Fue salvado de su balbuceo tímido por Marinette, quien casualmente lo golpeó en la nariz. "Fácil, Fluffy, también te compré un regalo".
" ¿ Fluffy ?" Su boca se abrió, pero no tuvo la oportunidad de responder al apodo antes de que Marinette se tirara de la cama, casi tropezando con la escalera cuando ella lo llamó para que la siguiera. Él obedeció y dejó que ella lo llevara a su escritorio.
“¡Ta-dah!” Gritó ella, sonriendo mientras sostenía el regalo. "Hice esto yo mismo hace años. Siempre me ha traído suerte, pero ... bueno ... ella bajó la cabeza por un momento, con un tinte rosado en las mejillas. "No necesito más suerte. No desde que te conocí.
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Tentativamente, Chat se acercó para quitarle el brazalete. Estaba intrincado lleno de cuentas de diferentes tamaños, y parecía que había tardado horas en elaborarlas. Lo miró por un momento, un nudo formándose en su garganta.
Nadie le había dado algo tan personal y, si bien era un gesto que significaba más para él de lo que él podría expresar con palabras, también lo hizo muy consciente del enorme agujero en su pecho. El agujero donde deberían haber estado cosas como esta, una parte cotidiana de la vida que nunca tuvo la oportunidad de experimentar. Fueron momentos como este los que le recordaron lo deprimido que había estado. "Gracias", susurró, todavía mirando al pequeño encanto. No podía mirar a Marinette, no podía mirar hacia arriba y ver el amor que le había faltado toda su vida. Ahora no.
