When Duty And Desire Meet *El Deber Y El Deseo Se Encuentran*

Capítulo 12: El corazón más oscuro (Cupido oscuro)

La rosa para siempre se sentó en el tembloroso regazo de Marinette. La miró fijamente, juzgando sus nervios. Ella no podía culparlo.

Respirando hondo, apartó los ojos de su regalo y se concentró en su amplio conjunto de notas sobre cómo iba a ir este día.

Paso uno: Compre Chat Noir un regalo de San Valentín. Comprobar. Ella había hecho eso. Una vez en una reunión, Chat Noir le había dado una rosa amarilla para simbolizar que siempre serían amigos y socios. Ahora ella le había dado una rosa roja para siempre. Esperaba que él entendiera el significado, pero eso le llevó a su segundo paso.

Paso dos: Averigüe qué decir a Chat una vez que lo vio más tarde. Si las pilas de papel esparcidas alrededor de su habitación fueran por algo, al menos lo había intentado. Ella tenía ... algo. De todos modos, Marinette pensó que ella arruinaría lo que quería decir de todos modos. Tikki le había dicho que hablara desde su corazón. Pero no era su corazón lo que le preocupaba, era su lengua estúpida y la forma en que se ataba cuando intentaba hablar con Chat sobre sus sentimientos.

Pero esto fue todo. Ella tenía un sentimiento. Ya habían sido socios durante dos años. Ella estaba en su último año de escuela antes de ir a la universidad. Tenía dieciocho años, había crecido ahora, no era una niña tonta de dieciséis años enamorada de su pareja un poco mayor. Eran, y siempre habían sido, iguales de todos modos.

Dos años de pining después de Chat Noir fue lo suficientemente largo. Si tenía que ocultarlo por más tiempo, sentía que iba a explotar.

¿Paso tres? Bueno, eso dependía de Chat, y la verdad es que Marinette tenía ganas de vomitar cada vez que lo pensaba.

La hora en su escritorio decía 7:00 am. Marinette bostezó y se frotó los ojos. La noche anterior había sido imposible dormir y estaba agradecida de haber confesado con una máscara en su rostro. Cubriría las bolsas bajo sus ojos.

La escuela era incluso más tortuosa de lo habitual. Cuando llegó, la asaltó una ráfaga de confeti rojo. Los corazones de amor estaban pegados en todas partes. Tratando de no poner los ojos en blanco, Marinette se dirigió a su primera clase del día y se desplomó en un asiento al lado de Alya. Inclinándose hacia delante, se dejó caer de cara al escritorio y dejó escapar un gemido todopoderoso.

Alya se rió. "Ese es un estado de ánimo si alguna vez vi uno", dijo ella, batiendo un poco de confeti del cabello de Marinette, que había puesto en una coleta alta en previsión del confeti. La cola de caballo la había traicionado. No es un buen presagio para el resto de su día. Si su simple plan de peinado hubiera salido mal, ¿cómo se confesaría confesar al AMOR DE SU VIDA?

Fue un largo día.

La campana final fue un breve bálsamo sobre la ansiedad que ardía y que atormentaba cada centímetro de sus entrañas. Como se predijo, no había podido concentrarse en nada de lo que sus maestros habían estado diciendo, en ninguna lección. Incluso los que realmente le gustaban.Cada vez que lo intentaba, las palabras de los maestros se confundían entre las orejas de Marinette y su cerebro, así que sonaba como si se estuvieran burlando de ella. "¡Mírate! ¿Crees que puedes confesar? ¡¿Tú?!"

Ugh

Basta con decir que sus nervios fueron disparados. Pero al menos ella tenía a Alya como compañera de su miseria. Mientras los dos se colgaban sus pesadas bolsas sobre los hombros, Marinette atrapó a Alya lanzando una última y anhelante mirada en dirección al objeto de su afecto. Su corazón salió hacia su amiga. "¿No crees que es hora de terminar ese estúpido acuerdo que tienen ustedes dos?" Preguntó gentilmente cuando Nino les hizo un gesto torpe antes de salir corriendo por la puerta. Usualmente él se quedaba y salía con ellos después de la escuela. Hoy fue diferente, y Marinette no podía culparlo por huir. Incluso desde la parte de atrás del aula, había visto la angustia, la tristeza abrumadora, en los ojos de Nino.