Las crónicas de Ana.

Capítulo 2.

Estaba tan emocionada por la posibilidad de ser ascendida que no pude dejar de contarle al taxista, muy animada le dije que estaba mirando a la futura presentadora de la noticias del canal cinco. Sí, porque después de todo aquel tiempo y esfuerzo, era lógico que ese puesto sería para mi, como me lo prometió mi jefe tantas veces ¿No?. Después que me bajé del taxi, el muy amable hombre me grita un ¡suerte! ¡te estaré viendo!, y yo le regalé mi mejor sonrisa triunfadora.

Ahora subiendo las escaleras del canal, pasando la enorme puerta giratoria empezó a darme un frío en la panza, unas náuseas. Camino firme y rápido , saludo a todos los que cruzan a mi lado a camino de la oficina de juntas. Cuando entro ya veo todos sentados menos mi Jefe que muestra ansiedad al verme y me siento rápidamente en una de las tres sillas vacías.

-Buenos días ya veo que estamos casi todos aquí. Quisiera agradecerles su presencia, la verdad estoy muy feliz de poder darles este comunicado, que a mi ver es para mejorar aún más la experiencia de nuestros televidentes.-

Al decir esto estoy con la sonrisa congelada y siento millones de mariposas agitarse dentro de mi estómago.

Mi jefe hace una pausa para ver su reloj y así prosigue.

-Los cambios siempre son positivos y estoy orgulloso de decirles que en esta empresa siempre le damos la oportunidad a la gente nueva que es capaz de traer el frescor y el dinamismo que son muy necesarios hoy en día.-

¿Gente nueva?....esto no me huele bien.

-Todos saben que el programa ha sido muy bien representado por el Sr Rodríguez todos estos años, pero llegó la hora de que descanse un poco y disfrute de toda esa plata que ganó.-

Todos se ríen menos yo que estoy congelada de pies a cabeza. Dos golpes en la puerta me sacan de mi transe.

-Ahora sí estamos completos. La persona que está detrás de esta puerta va a tener la responsabilidad de traer el frescor a nuestras mañanas y ser la nueva imagen del noticiero. Vamos a aplaudirla para darle nuestra cálida bienvenida.- Y para mi sorpresa abre la puerta y entra una rubia despampanante con un gran busto y unas piernas torneadas de dos metros de largo, cuando le veo la cara después que retira un mechón de cabello rubio y largo no puedo creer lo que mis ojos ven.

Todos se levantan y aplauden enérgicamente dándole la bienvenida a nadie más que la amante de mi ex, esto parece una pesadilla, así que procedo a pellizcarme groseramente los brazos para percatarme que estoy teniendo la peor pesadilla de todos los tiempos.

Para mi sorpresa y desespero no solo tengo un brazo cubierto de moretones como también nuevamente la rubia perfecta me ha robado otra cosa más. No soportando más la situación empujo la taza de Marcelo que está a mi lado y hago volcar aquel café por toda la mesa de la sala. Esto solo para llamar la atención.

-Esto tiene que ser una broma.- Digo levantando la voz y haciendo que todos me miren sorprendidos.

-Ana, veo que estas un poco descontrolada ¿quieres salir afuera un minuto?.- Dice mi jefe perdiendo la paciencia y la rubia me mira con aire de superioridad.

-Todos estos años escuchándolo decirme que este puesto era mío. Soportando hacer notas en la calle y cubriendo noticias irrelevantes como "El estiércol más grande del mundo", " campeonato internacional de fútbol para enanos" o el tan importante y famoso "día internacional del salto libre" donde usted me obligó a tirarme de un avión sabiendo que yo tengo fobia a las alturas, pero para que la humillación fuera completa me hizo saltar vestida de pollo.-

Dicho esto mis compañeros se ríen y luego se atoran con la risa cuando los mato con mi mirada glacial.

-Todas esas notas y esas humillaciones eran necesarias me decía para pulir mi experiencia ¿y ahora me cambia por esas piernas con tetas?.- Diciendo esto la mujer me mira con una cara de ofendida y mi jefe con ganas de matarme por ofenderla.