Los cuerpos se enfrentaron entre sí. La fuerte música resonó a través de las paredes del edificio. Y dos amantes bailaban muy juntos. Ambos sonriéndose el uno al otro. Sus ojos llenos de lujuria y adorno.
Los otros asistentes a la fiesta que les rodeaban no parecía importarle o notar a la pareja.
Los dos estaban en su propio mundo. Lleno de nada más que los dos.
El mayor de los dos toma suavemente la mano del menor y lo lleva a la barra. Donde bebían vodka en las rocas.
Se reían de los chistes del otro. Y bañados en la presencia del otro. Disfrutaron la compañía que compartieron juntos.
Si esto era amor o no, no parecía importarles en ese momento. Se tenían el uno al otro. Ambos estaban fascinados el uno con el otro.
Ellos se adoraban.
Uno era demasiado joven para saber qué era el amor. El otro, ya viejo para creer en tal cuento.
Sin embargo, en esta hora del día. Donde las risas eran fáciles y las sonrisas no eran contundentes.
Definitivamente amaron los tiempos que tuvieron juntos. Y nunca quisieron que esta danza entre ellos terminara. No a la larga.
Pero, las acciones tienen consecuencias. Buenas o malas.
