『66』

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Hyungwon había llegado al local que Changkyun le había indicado. Aparcó en el primer lugar libre que encontró cerca y entró corriendo al local.

No tuvo que buscar mucho, pues en el pasillo de la entrada, justo frente a los baños, se encontraban aquellos dos chicos dormidos en el suelo. Renya apoyaba su cabeza en el trasero de Changkyun, mientras que este último descansaba en el suelo con aquella planta de plástico sobre él.

Hyungwon se acercó silenciosamente y se arrodilló frente a los dos más jóvenes. Golpeó a Renya en la cabeza, provocando que despertara estrepitosamente. Sus ojos se mostraban confundidos, entrecerrados por el sueño y los cambios de luces provenientes de la pista de baile a unos metros de ellos.

—¿Palo? —preguntó con duda.

—No es momento para que me llames Palo a no ser que quieras ser golpeado de nuevo —dijo el más alto con molestia—. Te dije que cuidaras de Changkyun, y los encuentro durmiendo en el pasillo.

—Si sabes cómo me pongo, ¿para que pones confianza en mí? —rio el chico de cabello negro, recibiendo otro golpe por parte del mayor—. ¡Auch! Eso duele.

—Lo mereces —sentenció tomándolo por los brazos—. Ahora levántate para poder cargar a Changkyun.

—¿Prefieres ayudar a tu novio antes que a tu mejor amigo del alma? —hizo un puchero mientras seguía siendo levantado.

—Sí.

—Bueno, me lo suponía. —se encogió de hombros.

Hyungwon pudo poner en pie a Renya y se dispuso a despertar a Changkyun agachándose de nuevo y moviendo con delicadeza su brazo.

—Changkyun, despierta, ya estoy aquí —dijo en un tono calmado y dulce, logrando que Changkyun abriera lenta y pesadamente los ojos—. Debemos irnos.

—¿Wonnie? —susurró con la voz ronca. No le hizo falta ninguna orden por parte del mayor, enredó sus brazos en el cuello de su novio y escondió su rostro en este—. Llevame a casa, Wonnie. Esto se puso muy aburrido.

—¿A él lo despiertas con delicadeza y a mí casi me rompes la cabeza? —se quejó Renya tambaleándose—. Esto es claramente favoritismo.

—Tú mejor no digas nada y camina al auto, agradece que te llevaré a casa. —gruñó Hyungwon cargando a Changkyun al estilo princesa.

Los tres salieron de aquel club, Renya tambaleándose y cantando una canción, mientras que Changkyun balbuceaba cosas sin sentido. Hyungwon metió a los dos chicos en los asientos traseros de su auto para luego subirse él y ponerse en marcha hacia la casa de Renya. La mitad del trayecto fue agotador para Hyungwon, ambos chicos menores no paraban de cantar a todo pulmón canciones de Twice y moverse por todo el asiento trasero. El más alto sabía que tendría que lavar su auto al día siguiente. Cuando Renya y Changkyun se mantuvieron quietos y sin cantar-gritar como si estuvieran torturándolos, Hyungwon pensó que al fin tendría un momento de tranquilidad, pero el pobre chico palo estaba muy equivocado.

—¡Papi Chae! —gritó Changkyun como un niño pequeño— Cuando lleguemos a casa debemos jugar.

—Changkyun, m-mejor deja ese tema para cuando estemos en casa. —dijo el más alto con nerviosismo, mirando de reojo a Renya por el espejo retrovisor.

—No te preocupes palo, estoy borracho, no me acordaré de las cosas raras que le haces a Changkyun en la cama. —dijo curvando su sonrisa con perversión.

—Papi Chae, hagamos esas cosas que Renya dice que me haces.

—Lo que vamos a hacer es mantenernos en silencio hasta dejar al idiota de Renya en su casa.

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