Primer Asalto

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Saitama era un tonto, un tonto enamorado, uno que no podía creer que le rechazaron. Había algo malo en el?, algo que le hiciera una mala pareja para Genos?. Se había vuelto el hombre más poderoso de la tierra,si. Pero de que servía el poder si no era feliz?, si nisiquiera tenía compañía u alguien con quien compartir sus logros.

Hablar con su Cactus no serviría, era una planta y ni siquiera hablaba para poder felicitarle, no podría darle abrazos y lo único que hacía era...¡nada!, era una planta, por amor a Kami-sama!.

De pequeño había tenido amigos, había sido muy sociable y había hecho buenas amistades; pero algunos murieron por kaijus, otros por convertirse en uno, Y eso le hizo pensar que el era el error, que la muerte le perseguía, ¡por eso ya no quería tener amigos!, pero si alguien le hubiera dicho que socializar era una necesidad mental lo hubiera echo sin problemas y no se hubiera aislado en una ciudad abandonada.

Cuando estuvo en el peor punto de su vida conocio a Genos, y por un momento creyó que finalmente estaba haciendo las cosas bien, que kami-sama se había apiadado de su mente y le había otorgado un buen amigo, e incluso una posible pareja!; después de todo, nunca había tenido una. Si se había enamorado, pero fue algo pasajero y leve, como cuando quieres una flor del jardín de la vecina.

Sólo que Genos no era una flor,y si lo era, era la flor más bella que se podría ver en el mundo.

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Sabía que se veía tonto,esperando a Genos en el lugar en el que se conocieron para declararse, luego de cuatro años esperando el momento, callando sus sentimientos y los celos que sentía cuando estaba con alguien más.

Amaba a Genos.

Se había enamorado,y merecía declararse correctamente,sin rodeos y al punto, seguro de sus sentimientos hacia la persona que iluminó su vida.

Respiro profundo, tratando de calmarse para formular las palabras, listo para expresarle su cariño al ciborg cuando este apareció, seguramente agitado por correr para no hacerle esperar, igual de dedicado que el inicio.

-Sensei!,lamento hacerle esperar, e estaba en una cita y leí su mensaje un poco tarde...- Tenso su mandíbula, eso era mala señal, seguramente quería a alguien más y le rechazaría, arruinaria su amistad por los impulsos de su mente. Trato de fingir que no le importaba, y se acercó al ciborg para palmear su mano suavemente en su hombro, temiendo romperle o herirle.

-tranquilo hombre, no llevo mucho esperando...mejor entremos a la cafetería, la abrieron hace poco y tienen descuentos. - había decidido declararse en una cafetería, era mejor que en medio de la calle y su seguro rechazo sería más discreto. Eligió una mesa un poco cerca de la puerta, así si tenía que huir podría hacerlo rápido, y no chocando con alguna camarera. Lo tenía todo planeado, nada podría interrumpir ese momento, el día estaría soleado y no habían muchos kaijus últimamente, un día perfecto para el amor.

Se sentó en la mesa mirando a la puerta y Genos dándole la espalda a esta, mirando a su sensei con nervios y un poco de miedo; seguramente pensando que le cito por algo malo. No era malo,al menos no para el.

Una camarera se acercó a darnos el menú, dejándolo en nuestro puesto y tomando una libreta para anotar, el primero en pedir fue Genos.- Quiero un vaso de jugo de piña, waffles con miel y frutos sobre el.

La camarera anotó todo con rapidez,y comenzó a verme fijamente, esperando. Quería hacer ese momento eterno,así no le diría a Genos lo que le sucedía, pero eso significaria que sería aún más incómodo. -Uhm...a mi dame un té, y unos panecillos de chocolate por favor. -trago en seco y se removió en su asiento,esperando a que la mesera tomará los menús y se fuera.

Estaban solos finalmente, podria hablar calmandamente con Genos, podría ser claro y podría decir todo lo que había querido decir por cuatro años. Respiro profundo y jugó con sus manos,cerrando los ojos unos segundos para ver los ojos color almendra del Ciborg.

-Genos...No te cite para nada malo, sólo quería confesarte algo...malo,para mi. -entrelazo sus propios dedos y respiro profundo,listo para decirlo,para admitir lo que le costó tanto tiempo. -Verás...nos conocemos desde hace cuatro años,y estos fueron maravillosos...pero en el transcurso de estos algo cambio. - unas chicas llegaron a la cafetería, preferí ignorarlas y seguir, sólo eran unas cuantas palabras más,podía hacerlo. - Mis sentimientos...- su voz se volvió un susurro inaudible cuando Las chicas comenzaron a gritar el nombre de Genos, acercándose para pedir un autógrafo del famoso héroe.

Más gente se fue acercando hasta tenerles acorralados. Se sentía encerrado, odiaba los bullicio y se sentía cada vez más ahogado, cada vez más hundido y más desesperado. En un impulso se levantó de golpe y salió a empujones de la cafetería,sintiendo su cabeza dar vueltas, mareado.

No había podido hacerlo, no había podido decirlo igual que otras veces,igual que siempre.

Era un tonto,uno enamorado y sentimental.

Besos al anochecer. || SaigenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora