Ella

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Mi corazón le pedía a gritos que se quedase y mi boca dejó de pronunciar sonidos, producto del orgullo que ocasionaba dicha situación.
Pero se fue de mi lado y yo no supe que hacer,
Sólo miraba el teclado y me odiaba de tal forma que mis gritos se volvieron cicatrices con sangre derramada en forma de lazos rojos, lazos que al partirse simulan una costilla más, una costilla rota por las mil y una palizas que el corazón recibía.
Ella se fue con mi corazón y con mi alma a trozos, con los que formó un mapa nuevo para atajar en otro de los recónditos huecos de mi corazón, con el que trato de reparar cada esquina y cada cicatriz ensangrentada.

BlunyafourfreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora