Capítulo 1
Eric
Llevo semanas enteras encerrada en el castillo, tratando de hallar el experimento "301AS", pero siento que estoy perdiendo el tiempo.Se debe a que solo los guardias de clase "EE" tienen acceso y conocimiento de lo que ocurre dentro del laboratorio prohibido, donde son ingresados todos los experimentos directamente relacionados con los gobernantes.
El castillo está dividido en diferentes zonas: la zona del patriarcado donde los gobernantes viven, la zona de los plebes ubicada en la parte posterior del castillo al lado del potrero, la zona laboral donde se encuentra la cocina, los comedores comunales para los trabajadores, las zonas de entrenamiento, las zonas de planeación y en el centro; el salón real donde el rey tienda a dar órdenes desde un ridículo trono en compañía de sus gobernantes. Lo sé, hemos regresado a la edad media, pero créanme cuando les digo que esto es peor.
La pregunta aquí es: qué relación tiene el experimento "301AS" con los gobernantes y para que lo necesitan.
Después de semanas largas de observar la movilidad de cada guardia, escogemos un objetivo: Jefferson Morgan veintiocho años, lleva un largo tiempo en la labor y sus pasos son un poco torpes con respecto a los nuevos miembros femeninos; entonces, Sara modula de investigadora e distractor, porque vamos, para algo tiene que servir su encantó y esas increíbles piernas que se manda, más cuando el short del uniforme las hacen marcar más de lo usual. Aunque la vea como mi hermanita no se puede negar que es muy guapa la niña. Al caer la noche me escabulló por los conductos de aire hasta llegar a los dormitorios de los guardias clase "EE" y robo un carnet de seguridad con el objetivo de tener acceso al laboratorio. Por el amor al mismísimo sésamo, este chico sí que ronca cuándo duerme, desdé mi cuarto se escucha sus aullidos y parece una roca encima de la cama. Agachado, rebuscó a ciegas en los cajones de su cómoda. Dios mío, este muchacho tiene una cantidad de cosas en este cajón que me sorprende que no sea la entrada a Narnia, encontré hasta una caja de preservativos, un chupete de bebé (cosa que no se pará que lo quiere), comida chatarra, baterías, sus asquerosos calcetines (que no sé qué hacen aquí), ropa interior de mujer (no me pregunten porqué, porque no tengo ni la menor idea) y lo demás son cosas comunes y sin importancia.
Misión cumplida y como tanto mi flojera como mis golpes al entrar a ciega al conducto de aire son grandes (lo sé, debí traer una lámpara. Pero se me quedó en la cama, casual), optó por lo fácil, la puerta del dormitorio.
Al salir por la puerta mi sorpresa es enorme al encontrarme a punto de tropezar me con un miembro de la asamblea real en este pasillo. Por y para mi suerte, se encontraba de espaldas y justo en el momento que se voltea ya yo me encontraba detrás de uno de los muros que dividen los pasillos (cada pasillo de los dormitorios tanto de servicio como de guardias se encuentran divididos por un muro, dando lugar a una estructura de doble pasillo)(yo tampoco le encuentro sentido a eso pero ellos sabrán lo que hacen), debido a que del otro lado del pasillo se acercaba un hombre alto, rubio y robusto con uniforme de guardia.
- Señorita April, ¿a qué se debe su visita por estos mugrientos pasillos?, por su seguridad es favorable que no deambule por estos pasillos. Son órdenes del rey.
- Y el rey no debe enterarse de este incidente. Son órdenes mías, entendido Arthur.
- Las acataré con el mayor placer del mundo, siempre y cuando usted se encuentre fuera de este pasillo lo antes posible, es principalmente mi deber su seguridad, señorita April.
Minutos después, pude salir de mi escondite al escuchar como sus pasos recorrían el pasillo rumbo arriba. Tome la decisión de adentrarme en el laboratorio ahora que era cambio de turno. Llevaba semanas de investigación acerca del correspondiente turno de cada miembro del castillo, bueno con algunas excepciones y si no hago eso hoy y ahora, no podré más adelante.
ESTÁS LEYENDO
Castillo De Mentiras
Historical FictionLas mentiras no siempre son creadas por nuestra conciencia, a veces son solo simples coincidencias que se hace nuestra realidad. Decimos que somos seres honestos, dignos de las puertas de la gloria de Dios, que aprendimos de nuestros padres a ser pe...