Si fuera Sasuke-kun

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Sakura comenzó a cerrar los ojos y al observar a aquel chico acercarse a ella sólo pudo pensar en una persona.

-Sasuke-kun... -murmuró y le brindó una gran sonrisa. Yuki al darse cuenta que se había quedado profundamente dormida la cargo y caminó con ella en brazos, no sabía muy bien adónde dirigirse porque desconocía el lugar donde vivía Sakura, así que lo único que se le ocurrió fue llevarla a su departamento.

Mientras iban caminando en la oscuridad de la noche Yuki no pudo pasar por alto el nombre que había salido de los labios de la pelirrosa.

-Con que Sasuke-kun ¿eh? –habló en voz baja el joven –ese debe ser el nombre del tipo por el que tanto sufres, espero que pronto el nombre que salga de tus labios sea el mío –Sakura se acomodó entre sus brazos pensando entre sueños que era su amado el que la sostenía.

Llegaron al departamento en cuestión de minutos, Yuki se detuvo en la puerta y buscó rápidamente entre su ropa las llaves. En ese preciso momento Sakura abrió los ojos.

-¿Sasuke-kun? –preguntó confundida tallando con el puño cerrado uno de sus ojos.

-Ah Sakura-san, despertaste –el ninja de la niebla la miró con calidez mientras le sonreía.

-¿¡¡Yuki-san!!? –preguntó muy sorprendida la pelirrosa, alejando un poco su cuerpo del ninja -¿En dónde estamos? –.

-En la entrada de mi departamento –contestó con naturalidad el joven –no podía dejarte ahí sola dormida en esa banca, así que te traje conmigo –Yuki colocó los pies de Sakura con cuidado en el suelo.

-Entiendo... -respondió la ojiverde cabizbaja.

Ojalá Sasuke-kun hubiera pensado lo mismo, no dejarme sola en esa banca.

Se escuchó la puerta abrirse y Yuki hizo un ademán con su mano invitándola a pasar. Los ojos verdes lo miraron sorprendida pensando que no era correcto pasar la noche con un ninja que prácticamente apenas conocía.

-Lo siento Yuki-san, pero no puedo pasar la noche aquí, debo ir a casa –se disculpó.

-Pero Sakura-san es noche, es mejor que te quedes aquí o al menos déjame acompañarte hasta tu departamento –ofreció Yuki.

-No es necesario, puedo ir yo sola –Sakura hizo una leve reverencia y comenzó a caminar a paso lento hacia su departamento, que para su sorpresa no se encontraba tan lejos de ese lugar.

-¡Apuesto a que no dirías lo mismo si fuera "Sasuke-kun"! –gritó de pronto el ninja haciendo énfasis en el nombre, se había dejado llevar por sus emociones, no entendía por qué Sakura prefería sufrir por alguien que claramente no se preocupaba por ella que aceptar el amor que él podría brindarle. 

Sakura volteó a verlo completamente enfadada ¿cómo se atrevía a nombrar a Sasuke-kun? Él no tenía ningún derecho de opinar sobre él. No conocía nada sobre ellos.

-Lo siento, en verdad discúlpame yo no quise decir... -se excusaba Yuki tratando de borrar esa mirada de enfado de los ojos de Sakura.

-Sé perfectamente que quisiste decir – lo interrumpió –Buenas noches –la ninja salió corriendo hacia su casa, ni siquiera sabía realmente por qué se encontraba tan enfadada, después de todo Yuki tenía razón, si hubiera sido Sasuke-kun quien le ofreciera su departamento se habría quedado sin dudarlo, además si Yuki fuera Sasuke-kun siempre aceptaría que la acompañara a cualquier lado. Y justamente por eso se encontraba muy molesta, porque Sasuke-kun seguro nunca le ofrecería tales cosas, porque Sasuke-kun ni siquiera estaba ahí y porque pesé a todo este tiempo sin tener noticias de él, ella no podía sacarlo de su cabeza ni por un segundo. Estaba enfadada porque su mundo giraba en torno a ese ninja de cabello negro y mirada oscura y seguramente él ni siquiera pensaba en ella.

Sin darse cuenta Sakura ya había llegado a la entrada del edificio donde vivía, subió con pesadez hasta el tercer piso, lo que más deseaba era aventarse a su cama y cerrar los ojos. Vio a un chico parado en el departamento junto al suyo y se imaginó en él a Sasuke-kun.

Demonios por qué no podía sacarlo de su mente, por qué lo veía en todos lados.

-¡Maldición! Ábrete de una buena vez – gritó enfadada, había sido un completo error aceptar la invitación de Ino esa noche. Enseguida escuchó como alguien decía su nombre, pero esa voz no era cualquier voz, sabía perfectamente a quien pertenecía. Durante tanto tiempo había deseado escucharla decir su nombre de esa manera.

Volteo a ver a ese chico instintivamente y conectó su mirada con él. No sólo hablaba como Sasuke-kun, también era idéntico a él.

-Sa...Sasuke-kun... -apenas pudo decir. Deseaba no haber bebido demasiado, Sasuke se acercó un paso más hacia ella y sintió como lágrimas se acumulaban en sus ojos. ¿Era real? Tenía que averiguarlo, estiró su mano hacia él, debía tocarlo, debía asegurarse si era real o nuevamente sólo lo había imaginado. Sin embargo, todo comenzó a nublarse y justo antes de pudiera tocar su rostro, de pronto todo se volvió negro. 

A tu ladoWhere stories live. Discover now