El origen de la bestia

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Narrado por Inuyasha:

Después de acabar con la vida de la preciosa Rin divague por algunas horas en el bosque hasta que mi satisfacción seso, por la madrugada llegué a casa, me encontraba cansado como cada vez que él salía, al amanecer me despertaron los fuertes gritos de una gran multitud que buscaba desesperadamente a aquella chica que horas atrás perdió la vida en mis garras.

Me levanté de la cama y observe por algunos segundos como se dirigían hacia el bosque No tardarán en encontrarla pensé mientras en mi labios se dibujaba una sonrisa, era muy satisfactorio ver sus rostros llenos de terror cada que encontraban una víctima más, aunque debo admitir que Rin no fue una víctima más, ella realmente era especial para mí, nos conocimos cuando teníamos 6 años, mi familia se mudó a Chester por problemas de salud de mi padre y el doctor le recomendó el campo, cuando entré a la primaria Rin fue la primer niña que me habló, recuerdo que me ofreció un rico pastelito de chocolate que su madre había preparado para ella, semanas después Kohaku se unió a nosotros, no niego que también me agradaba hasta que descubrí que él estaba enamorado de Rin ¿Cómo era posible que ambos quisiéramos con ella? Aunque yo sabía que por la amistad no aceptaría andar con ninguno por lo que decidí no decirle nada aunque mi deseo por ella no desaparecía.

Planeaba acercarme a ella cuando termináramos la preparatoria, Kohaku se iría a la ciudad y yo tendría el camino libre, lo planee tan bien aunque todo se vio frustrado cuando él volvió, sabía mis sentimientos y decidió arruinarlo todo exigiéndome su sangre, yo intente... intente persuadirlo, ofrecerle a alguien más pero... se negó rotundamente, anhelada tenerla para él, robarle la vida despiadadamente, yo estaba dispuesto a no aceptar, ya le había dado todo lo que pedía sin ningún reproche inclusive le di la vida de mis padres, eso realmente no me importo tanto pero... la vida de Rin creí que no podría... hasta hace unos días.

Mis pensamientos cambiaron aquella tarde de jueves cuando los vi muy cariñosos en el patio del instituto, reían y conversaban mientras él la abrazaba y ella correspondía ¿Cómo pudo hacer eso? Yo pude darle todo... Mis sentimientos por ella eran puros a pesar de ser una bestia, y que hiso ella, simplemente se alejó de mí y cada día lucía feliz con él. No podía tolerar más aquella escena, intentaba convencerme de alguna manera que eran solo amigos pero él no ayudaba mucho, me dijo que se notaba cuánto se querían... yo... yo no podía aceptarlo, al terminar las clases fui el primero en retirarse, de camino a casa pude ver como Kohaku la acompañaba hasta su trabajo... una vez más estaban juntos ¿Por qué maldita sea? no fue suficiente aquella escena, ayer por la noche Kohaku la recogió en casa, escuche los elogios que le daba, me provocaba asco era tan patético con ella... pero en el fondo sabía que ya la tenía ganada porque a las mujeres les gustan esas tonterías, así que me di cuenta que debía hacer algo pronto, fue entonces que él me propuso un trato

"Una noche con ella a cambio de su vida"

Al principio creí que no era lo correcto pero pensé Si no es mía ¿Por qué de él sí? Yo no iba a permitir que se quedará con ella así que acepte, salí de casa y los seguí desde una distancia favorable, observe la estúpida escena que Kohaku hiso al pensar mal de Koga, el idiota me facilitó todo al dejarla ir... él me recomendó asustarla un poco así lograríamos que se desviara del camino, sin duda acertó, desesperada porque alguien la seguía corrió hacia el bosque —Es toda tuya —Exclamó él mientras se escondía en mi interior —No olvides nuestro trato —Cuando la vi caer puse mi cara de preocupación y le pregunté si estaba bien, ella al verme me abrazó efusivamente, no niego que ese acto me descontrolo todo en mi interior, podía notar que ella sentía algo por mi sin embargo no había manera de romper aquel trato por eso decidí concentrarme en mi objetivo, comencé a besarla y ella no se negó, poco a poco invadí su cuerpo esperando que no me rechazará, cuando le pedí que me dejará hacerla mía y ella aceptó perdí completamente el dominio de mí, él y yo estábamos mezclados en ese momento ¡OH... fue tan excitante! que no supe en que momento me arrebato el control de mi cuerpo y la mordió robándole hasta la última gota de sangre...

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