Harry Holland tenía una gran pasión por el cine y la fotografía, por lo que no era extraño que tuviera cinco discos duros llenos de videos y fotografías, lo que sí era raro era que estos estaban guardados dentro de una caja con candado para que ning...
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Harry Holland tenía una gran pasión por el cine y la fotografía, también tenía cinco discos duros guardados dentro de una caja con candado para que ninguno de sus hermanos supiera de su existencia, puesto a que él no quería que nadie viera aquel contenido ya que estos solo eran para su deleite personal.
Pero, ¿qué había ahí?
Allí habían cortometrajes y fotografías de la persona más importante de su vida, aquella que aún no esperaba presentar a sus padres pero que sí había conocido a su gemelo y con eso estaba más que bien, porque a Sam le había encantado y Harry no podía estar más feliz con eso.
Harry Holland había pasado grandes momentos con Andra Williams y suficiente tiempo como para tener cinco (casi seis) discos duros repletos de recuerdos que ambos habían formado y, sinceramente, el aspirante a director deseaba poder seguir llenando discos con la belleza y risa de Andra por muchos años más, porque no quería dejarla y ella no deseaba dejarlo a él.
"¡Mantén esa cámara lejos de mí, Robert! O te juro que tiraré mis pinturas en tu ropa"
"Tranquila Ann, solo quiero inmortalizar tu bello rostro y encantador carácter, así nuestros nietos podrán presenciar lo abusiva que eres conmigo"
"Solo tenemos diecinueve años Harry, ¡y yo no abuso de ti!"
