Harry Holland tenía una gran pasión por el cine y la fotografía, por lo que no era extraño que tuviera cinco discos duros llenos de videos y fotografías, lo que sí era raro era que estos estaban guardados dentro de una caja con candado para que ning...
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El video partió con la pantalla en negro antes de enfocar la espalda de un niño con la polera verde, todos avanzando con pequeños pasos por un pasillo antes de salir a un lugar abierto con muchas personas y demasiado ruido. Dominic Holland apareció en el video cargando a un niño de un cabello rojizo que escondía su cabeza en el cuello del adulto.
Sam Holland, caminaba frente a su gemelo y comentaba en voz alta aquello que le parecía sumamente interesante para que quedara registrado en el video.
—¿Qué estamos haciendo aquí, Sam?
—Vinimos a acompañar a papá mientras arregla unas cosas de su trabajo, estaremos tres semanas en Londres antes de irnos de nuevo.
—¿Y a dónde nos iremos? —volvió a preguntar Harry, ahora enfocando a un muy concentrado y acomplejado Dominic que intentaba colocar cinco maletas en un carrito de equipaje mientras sostenía al menor de sus hijos en sus brazos.
—A Tailandia, regresaremos con mamá y Tom para acompañar a su hermano mayor en el rodaje de la película.
—¡Así es! Nos quedaremos las tres semanas en casa de los abuelos mientras papá sale a trabajar —le comentó un Harry de doce años a la cámara, enfocándose a sí mismo con suma torpeza, para luego susurrar lo siguiente:— Incluso puede que visite a Ann.
—¡No te quedes atrás Harry! —exclamó su padre y el niño corrió detrás de él.
Lo siguientes segundos del video fueron pequeños extractos del viaje a la casa de los abuelos de los niños, el paisaje, Sam cantando con su padre las canciones de la radio, los llantos de Paddy al haberse caído al bajar del auto y como Dom lo animaba a levantarse mientras John y Teresa salían a saludar a sus nietos.
—¡Harry! Ay, mi niño, estás tan grande.
—Gracias Abue, te extrañé mucho.
—Y yo a ti mi niño —le sonrió antes de acercarse a él y, por consiguiente, que su oreja y cuello fueran lo único que enfocaba la cámara— ¿Listo para ver a Williams?
—¿Quién es Williams? —ambos individuos se sobresaltaron al escuchar la voz del padre del chico y Teresa se enderezó con una sonrisa.
—¡Oh! Es el nieto de una de mis amigas, no la conoces cariño, suelen jugar juntos de vez en cuando...
Dominic pareció bastante conforme con la respuesta de su madre y se encaminó con sus hijos hacia el interior de la casa, la mujer le sonrió y guiñó el ojo a la cámara antes de que el video se cortara.
