XVII

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Tony suspiro y salió de su laboratorio ya era hora de enfrentar la realidad, desde que llegó aquella niña lo único que hizo fue encerrarse en su laboratorio intentando buscar una solución, pero nada aparecía. 10 días desde que llego Morgan y todo había cambiado, las juntas se habían suspendido, ya casi no escuchaba las peleas entre Sam y Clint Morgan estaba en el complejo y eso pareció calmar a los súper héroes, por todos cuidaban de la niña.

Clint siempre salía con Morgan a correr por el jardín, según él se excusaba en que era parte de su rutina deportiva, Nat se sentaba con ella y juntas armaban rompecabezas y resolvían acertijos la pequeña castaña era muy inteligente y casi siempre le ganaba a la pelirroja, Sam se sentaba con ella en la sala y veían caricaturas y películas juntos, era lindo ver como ambos se reían de las cosas que pasaban, Steve iba todas las noches a su habitación y le contaba un cuento y no se iba hasta que estaba dormida.

Los demás pensaban que el genio no se mantenía al pendiente, pero la realidad era completamente diferente, él siempre veía a su hija a través de las cámaras del complejo la única persona que no se acercaba a la niña era Bucky, no es fuera grosero con ella o algo así, solo que no le causaba la misma curiosidad que a los demás o era algo más.

Tony había sentido molestia en el soldado desde que llego la niña a decir verdad era la misma molestia que había sentido con Strange, ya que ninguno de los dos le hablaba y cuando lo hacían era de manera brusca a comparación de antes. Era estúpido, pero a Tony como que le dolía.

—Buenos días.

El castaño se sobresaltó al escuchar esa voz a sus espaldas iba tan distraído en sus problemas que no presto atención a la persona parada en la cocina.

—Buenos días—saludo a paso a lado del rubio para tomar una taza de café.

—Me dijo Nat que hoy te vas llevar a la niña—comento intento parecer despreocupado, pero Tony noto la fuerza con la que apretaba la taza.

—Si—contesto viendo el pequeño humo que salía de su taza por el café.

—Mmm—dijo.

Se quedaron en silencio, un raro silencio, pero ya no era sorpresa esa clase de silencios entre ellos. Los silencios cómodos y tranquilos ya habían terminado para ambos.

—La voy a llevar a la torre—dijo Tony sin dejar de ver la taza dándola la espalda a Steve.

—Genial—contesto Steve, el castaño lo vio abrir la boca un par de veces y luego apretando los labios. Quería decir algo, pero no se atrevía hacerlo y Tony ya sospechaba de que se trataba.

Cuando Tony termino su café dejo la taza vacía en el fregadero y paso de lado de Steve, rozando sin querer su hombro con su espalda enseguida un escalofrió lo recorrió y vio como la espalda del rubio se tensó.

—Puedes acompañarnos si quieres—susurro cerca de su oreja y se alejó corriendo hasta su laboratorio.

Cuando entre se recargo en la puerta y exhalo, su corazón latía con fuerza, lo que él no sabía que del otro lado de la puerta estaba un rubio con un fuerte sonrojo en sus mejillas y un corazón agitado.

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Los dos venían en el auto del castaño, la pequeña estaba dormida en el asiento de otras cada cinco minutos Tony veía por el retrovisor a la niña, estaba despeinada y un pequeño hilo de baba corría por su mejilla.

Lindo pensó el castaño, Steve también la miraba por el retrovisor, esa niña despertaba su lado paternal, si es que lo tenía verla y saber que era hija del hombre que quería le provocaba un cariño irremediable por ella la fastidiaba saber que era hija de Pepper y si era por celos porque en realidad Pepper era una excelente mujer digna de ser la madre de una Stark, pero la idea de que algo tan hermoso y especial uniera a Tony con ella lo fastidiaba.

Detrás de Howard Stark [AllxTony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora