Está mañana hizo más frío de lo esperado, tomé mi chaqueta favorita, sentí como el frío se disipaba.
Salí de casa y a pesar de la baja temperatura aún no nevaba.
***
El calor,el aroma a café y chocolate se notó cuando entré a mi Cafetería de preferencia.
Fue lo primero que percibí, lo segundo y para nada agradable fue ver a esa chica al fondo, está algo sucia, quizás sola.
-Solo la ignoraré-
***
-Me siento observada camile, en serio-
Le dije a la chica que sirve el café (y mi amiga)
-¿Por quién? Estás muy rara hoy-
Iba A seguirle la conversación pero la llamó un cliente. Tuvo que irse.
Me sentía pesada.
Sin querer volví a ver a la chica y parecía más desganada y sucia que antes.
Creo que la conozco.
No, esto no es normal, ella me incomoda...
Me fui de la cafetería y me despedí de mi amiga, quizás si mañana vuelvo ésta chica ya no esté.
Y como dije volví, ella no estaba, pero volvieron las sensaciones extrañas e incómodas.
¡Ella volvió!
Ella... estaba viendome, me incomodaba, mi cuerpo sudaba frío del miedo e inquietud.
No quise volver a ese lugar pero al pasar los días me sentía muy ansiosa, no dormía, odiaba verme al espejo parecía demacrada.
Y... Volví, sabía que era culpa de esa extraña.
Camile no quizo escucharme, debía arreglar esto yo misma...
En mi asiento rasgaba mis muslos por la ansiedad, no sé que me pasa.
-Iré Iré Si puedo Si puedo-
Me repetía.
Caminé hasta ella, casi llegaba, bajé mi vista, tome aire, al dirigir la mirada hasta donde ella se encontraba, no estaba... solo un puesto vacío.
Tomé el asiento donde ella yacía hace unos segundo. Por impulso dirigí mi vista hacia mi punto de partida. Me ví, radiante y sin saber que pasaba empecé a seguirla y observarla.
Todos los días.
