cambios... 🐝

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Nota: no había publicado antes porqué han pasado muchas cosas, por ejemplo, que ya no estoy trabajando en el kinder. Hace más de un mes -creo- renuncié. Todo esto ha sido un cambio drástico para mí. Necesitaba pensar con calma si seguir o no con las anécdotas ya que hay mucho que contar, muchas historias, risas y reflexiones pero, al final he decidido que esta será la última anécdota que relate. Será un cierre para esta etapa tan maravillosa de mi vida. 

Gracias por haberme leído e infinitas gracias a las personas que me apoyaron con sus votos en este proyecto. 💜❄💛❄💚

Espero que este míni míni míni proyecto te haya ayudado en algo, ya sea para reírte un rato o reflexionar un poco sobre que: esta bien equivocarse, es solo la mejor manera de aprender

¡Gracias por todo! disfruta de esta... mi última anécdota. 

"Pequeño saltamontes" 

Como he dicho al incio, los accidentes y los niños van de la mano, y mis alumnos no son la excepción. 

Todo inició en la mañana, yo llegué al kinder, salude a doña Lupe y luego me fui a mi sección, puse mi mochila en su lugar y unos minutos después note algo diferente; una mesa nueva estaba colocada en una esquina de la sección. Era blanca con un rosadito pastel en las patas, dos sillas color rosa alrededor y una gaveta en la parte de adelante. Una belleza de mesa. Sabía que a mis niños les gustaría.

Los niños llegaban poco a poco y cada uno se interesaba por la mesa, se sentaba en una de las sillas y se ponía a jugar en ella. Tuve que hacer un rol para que cada uno tuviera su propío turno.

El día transcurrió así; primero la asamblea donde todos nos reunimos en el patio de juegos, luego merendaron, salieron a recreo y más tarde recibieron su clase de inglés.

Termina la clase de inglés y los niños y yo nos quedamos en la sección jugando con legos. Construimos torres grandes, castillos enormes e incluso carros de carrera. Ellos dejaban volar su imaginación y yo disfrutaba ver su creatividad.

Yadiel un pequeño de tres años al que no le gusta estar quieto por mucho tiempo en un solo lugar, se paró y comenzó a correr y saltar de un lado a otro, los demás niños seguían construyendo cosas con legos. Tratando de calmar al pequeño de tres años me dispuse a cambiar de actividad para llamar la atención del niño y que se integrara de nuevo al grupo. 

Le oriente al grupo que guardara de manera ordenada los legos porque íbamos hacer una pequeña manualidad con plastilina. Todos ordenaron menos Yadiel. 

El pequeño se subió a la mesa nueva y se sentaba arriba de ella, yo lo agarraba entre mis brazos, lo bajaba y le explicaba lo peligroso que era subirse ahí, repitió esa acción unas tres veces. La tercera vez lo senté y le expliqué nuevamente las consecuencias de subirse a la mesa ya con un tono de voz más firme, luego de eso el niño comprendió y terminó de ordenar con el grupo. 

Me encontraba a espalda de la mesa mientras terminaba de hablar con Yadiel cuando escuché un golpe, uno fuerte. Me volteé rápido y vi a Jonas, un niño de cuatro años, en el piso. Se había tirado de la mesa nueva, de inmediato lo levanté y examiné y vi que tenía un golpe en la frente. Él al sentirme, me abrazó fuerte y lloró en silencio. De inmediato llame a Norma -mi ayudante- para que viera al grupo mientras yo me llevaba en brazos a Jonas a buscar el botiquín. 

Sus pequeños brazos rodeaban mis hombros, me abrazaba fuertemente. Verlo tan vulnerable me estremeció, me conmovió de tal manera que lo sentía parte de mí. El sentimiento de culpabilidad me invadió, él era mi responsabilidad y por mi descuido se lastimó. 

Le apliqué diclofenac en gel en el área del golpe, su valentía era asombrosa, le dolía pero no lloraba a gritos, lo hacía en silencio. Luego de un rato la inflamación del golpe bajó y el dolor también. Mi queño saltamontes estaba mejor. 

Mi error, como todos se abran dado cuenta a través del relato es que, cuando Yadiel empezó a subirse a la mesa yo solo le explicaba a él porque no estaba bien lo que hacía, no me percate que los demás estaban viendo su ejemplo y podían repetirlo, así que tenía que explicarle a todo el grupo porque lo que hacía su compañero no estaba bien y las consecuencias que podía ocasionar sus acciones. Jonas tomó como un juego lo que Yadiel hacía, un juego divertido con su maestra, y decidió repetirlo. 

Cuando se trata de niños uno debe estar pendiente de todo, es difícil, pero así debe ser. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 10, 2019 ⏰

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