Narrador
El cielo estaba cubierto por un manto de nubes grises. En medio de la ciudad, un chico común caminaba sin saber que ese día su vida cambiaría para siempre.Narra Kenta
Era un día aburrido, igual que todos. Vagaba por las calles sin rumbo, solo quería llegar a casa y descansar. Lo típico para alguien de 18 años, ¿no?Tomé el atajo de siempre: un callejón algo estrecho, pero tranquilo. O eso pensaba… hasta que escuché voces. Tres. Provenían del centro del callejón. Me acerqué con curiosidad, sin imaginar lo que estaba a punto de ver.
Narrador
Tres hombres rodeaban a una chica. La tenían acorralada contra la pared. Sus intenciones eran claras… y oscuras.—Vamos, preciosa… déjanos verte bien —dijo uno.
—No te resistas, te va a gustar —murmuró otro con una risa sucia.
—Hoy te haremos mujer —añadió el tercero, mientras se acercaba aún más.
—¡No! ¡Déjenme! ¡Por favor! —gritó la chica, suplicando ayuda.
Narra Kenta
Sentí un nudo en el estómago. Furia… pero también miedo. No sabía qué hacer. ¿Y si me pasaba algo? ¿Y si terminaba igual o peor?
Pero sin pensarlo, mi cuerpo empezó a moverse solo.—¡Oigan! ¡Ustedes! ¡Suelten a la chica! —grité.
"¿En serio acabo de decir eso?"
—Lárgate de aquí, mocoso. No te metas donde no te llaman —gruñó uno.
—No pienso irme hasta que la suelten —dije, tratando de sonar firme, aunque por dentro temblaba.
—Tú lo pediste… ¡te mataré! —rugió el más grande, corriendo hacia mí.
Narrador
El hombre levantó el puño, dispuesto a aplastarlo. Kenta cerró los ojos por reflejo… pero su cuerpo reaccionó antes que él.Narra Kenta
Mi brazo se alzó por instinto. ¡PUM! Mi puño golpeó de lleno su cara. No sé cómo lo hice. Solo lo vi caer al suelo. Entonces, como si una chispa se hubiera encendido en mí, lancé otros dos golpes, rápidos, directos. Lo dejé inconsciente.—¿Qué…? ¿Qué fue eso?
—¡Te vas a arrepentir! —gritó otro, lanzándose contra mí.
Esta vez esquivé algunos golpes, pero no todos. Sentí sangre resbalando por mi frente. Las piernas me temblaban. Me dolía todo el cuerpo. Pero en un momento clave, esquivé por puro reflejo y golpeé su estómago con fuerza. Luego, tres puñetazos más a la cara. Cayó como el primero.
—Tú… tú eres el siguiente —dije, mirando al último, aunque apenas podía mantenerme en pie.
El tercer hombre palideció. Me vio de pie, herido pero decidido… y entró en pánico.
—Esto no se queda así… —murmuró mientras cargaba a sus compañeros y salía corriendo.
Narrador
Kenta los observó marcharse. No notó que la chica se le acercaba con pasos lentos.—¿Estás bien? —preguntó ella, preocupada.
—Sí, tranquila —respondió él, aunque apenas podía mantenerse consciente.
—Gracias por ayudarme.
—No fue nada… no iba a dejar que esos tipos se salieran con la suya.
Sin decir más, la chica se acercó y le dio un suave beso en la mejilla. Luego salió corriendo, sin mirar atrás. Kenta apenas reaccionó… la vista se le nublaba.
—Ayudar sin esperar nada a cambio… —murmuró, justo antes de desplomarse.
Narrador
El chico yacía en el suelo. Pero alguien más había estado observando desde las sombras. Un hombre de mirada aguda se acercó y lo cargó.—Vaya… todavía hay jóvenes con espíritu de pelea. He encontrado algo interesante…

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𝙀𝙇 𝙈𝙀𝙅𝙊𝙍 𝘽𝙊𝙓𝙀𝘼𝘿𝙊𝙍
De Todotodas las persona nacen con algún talento y el mio era mi fuerza y valentía fue así como me volví boxeador y encontré un objetivo por el cual pelear. TIENEN LEER SI QUIEREN SABER QUE PASA. Sólo diré que no se arrepentirán.