❦ El que haga arder más su corazón ❦ [Kardia x TN]

【Prólogo】

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El robo del siglo

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La noche ya había caído y el vaivén del oleaje mecía el barco.
Ella sabía diferenciar el tipo de marea que había en cada playa a la que había viajado y debía de admitir que las costas griegas le habían conquistado.

Sus compañeros yacían dormidos en sus respectivas hamacas, solo ella se encontraba despierta y una lámpara de aceite era su única fuente de luz.

Noches cómo esas, en las que no conciliaba el sueño, le daba por pensar de lo que estaba haciendo con su vida... Y sinceramente muy pocas veces lo hacía, pensaba que una vida planeada era aburrida, por eso se había vuelto una pirata.

Ella jamás había tenido una familia, lo único que recordaba de su infancia era el orfanato y el sin fin de peleas que había librado con niños mayores que ella, eran tiempos divertidos y bastante entretenidos.

«¡Ja! Tal vez por eso me corrieron del orfanato, que gente más aburrida»

Pensó con una sonrisa dibujada en el rostro.

Cuando los niños no se comportaban los echaban de los lugares, y no pudieron haber hecho mejor cosa por ella, gracias a ello había viajado por casi todo el mundo con tan solo 19 años, claro, robando para sobrevivir y se terminó involucrado con una pandilla de piratas, ¡Qué emocionante!

Aún que... Siempre se había preguntado que era o se sentía tener un nombre.

•••

La noche pasó y el capitán mandó a llamar a toda su tripulación a cubierta, tenía un importante mensaje que dar.

—Escuchen todos con atención.— el hombre mayor de cabellera rubia se paró al centro del navío, y todos le rodearon para escucharle —Como todos ya os habéis dado cuenta, ayer por la tarde embarcamos en costas griegas; en algún lugar de estas tierras se encuentran escondidos un sin fin de tesoros.

—¿Qué tipo de tesoros, capitán?

—Espero que no sean solo joyas de la realeza como la última vez en francia.— bromeó uno de los presentes, a lo que todos rieron.

—Esas tontas joyas se quedan por debajo de lo que encontraremos.

Todos callaron para escuchar nuevamente al capitán, aquellas joyas de la corona francesa era el tesoro más preciado que tenían... ¿Qué podría ser más valioso que ellas?

—Antiguos pergaminos y locales hablan de un lugar donde guardan los mayores tesoros del mundo, abran su mente e imaginen vasijas muy valiosas, monedas de oro y plata, e incluso, armaduras hechas de oro solido.

«¿Armaduras de oro solido?»

—Ahora, solo puedo llevar a pocos hombres a esta misión y tú “Roja” quiero que vallas.— habló apuntando a la chica de cabello _____.

La joven era una de las piratas más hábiles que componían la tripulación, jamás había fallado en un robo y no dudaba en usar su sable para matar a alguien... La bandana roja atada a su brazo hacia que le llamaran “La sirena roja”... O simplemente "Roja".