Capítulo I - SOURCE

7 0 0
                                    

Ale el Gris dice: Tal vez deba comenzar con esto de una vez, no soy bueno narrando historias, es la primera vez que lo hago tenme algo de paciencia ya verás por qué. La siguiente historia contiene hechos verídicos con una esquirla de mi imaginario, así que después de todo, tal vez esto no sea una más de mis surrealidades. Se trata de un cuento fantástico y real, sobre cómo surgió mi propio idioma (Sánscrito Gris). Adelante, entra en mi mente, hazlo mientras no estoy, mientras no te veo, puedes esculcar entre mis pensamientos, mis sueños y secretos más profundos. Si acaso, encuentras algo que te ayude a conocerme (o a ti también), todos saldremos ganando...

Sánscrito: Etimológicamente proviene de «संस्कृतम् saṃskṛtam» literalmente quiere decir: 'perfectamente hecho', sam: 'junto, igual a, completamente, esmerado, perfecto, impecable'; kritá: 'hecho, obra, formado' (de la raíz kri; está emparentado con la palabra karma: 'acción'). Puede entenderse con diversas interpretaciones como: acción de realizar algo bien hecho, acción de realizar algo completo u obra impecable. Puede significar también: 'preparado, adornado, labrado, sofisticado'.

La lengua perdida es un relato acompañado por un registro fotográfico que funge como apoyo visual para entender mi propio imaginario, las imágenes se encuentran alojadas en mi página de FLICKR, se irán agregando conforme avance la historia.

(El link estará publicado en un mensaje, debido a que Wattpad no me deja insertarlo aquí)

Una vez todo esto aclarado, podemos continuar, las cosas comenzaron más o menos así: Un día, hace más de 10 años (aproximadamente) ocurrió algo, un acontecimiento que llego a cambiarme la vida...; pero me estoy adelantando, vayamos aún más atrás en el tiempo. Mucho antes, cuando fui 'Ale el Blanco', a una edad entre los 5 y 7 años, llego a mis manos un ovo, apareció frente a mí, no dejaba ver mi rostro por su gran tamaño, dentro de él venía un regalo, ¡una serendipia!, lo primero que surgió de mi al abrirlo y tratar de entender lo que sucedía, fue preguntarle a mi madre: - ¿Cuál es el idioma correcto de todos los que existen? -. A lo que ella respondió: - El idioma correcto, es el que tu creas que lo es...-. Honestamente no me sentí conforme con tal aseveración (¿Qué clase de hechizo fue ese?). Con el tiempo aquella duda seguía creciendo en forma de árbol espiralidozo, con una raíz interrogante a todo lo largo de mi desviada columna vertebral con algunas espinas que me recordaban de vez en cuando con suaves y oscuros susurros cual presencia inquietante: - aquello sigue sin solución Ale-. Fue entonces (ahora sí), que entre los 11 y 15 años de edad, cuando comencé a escribir. Uno de mis maestros lo sugirió como un ejercicio del cual podríamos reír más tarde y ¡sí que funciono! Con la práctica constante se fue convirtiendo en algo más, lo tome muy enserio y decidí por comenzar a escribir un diario. Sucedió desde mi perspectiva como todo aquello que acontece en el mundo del arte, la magia y los idiomas, en todos estos ámbitos surgen nuevas cosas por necesidad. Tlahtolli (a quien eh nombrado así de cariño para este relato) es nuestra protagonista, nació con este motivo (es decir: no fue la excepción) apareció de repente en un campo cubierto por luz y obscuridad, se encontraba muy confundida, pero no hay de qué preocuparse, ella estará bien; a partir de aquí, el cuento queda en su lengua...

La lengua perdidaWhere stories live. Discover now