Eran las 3:00 de la mañana y yo no lograba conciliar el sueño, él estaba a mi lado, durmiendo plácidamente. La rabia me consumía, me parecía muy irónico que él estuviese durmiendo tan tranquilo mientras yo trataba de contener el llanto para no despertarlo.
Desde hacía unas cuantas semanas todo había cambiado drásticamente en nuestra relación, él se portaba de una manera extraña, ya no me hablaba, era frío conmigo, ahora sólo quería dormir, ya ni siquiera se bañaba, hasta empezaba a oler mal. Aun así, lo amaba; lo amaba más que a nadie en este y el otro mundo.
Yo había decidido dejar de trabajar para cuidarlo, pues él había renunciado a su trabajo. Bueno, eso creo, porque de un momento a otro dejó de ir, ahora sólo estaba en casa, sentado en el sofá, viendo televisión.
Digo que creo porque él nunca me dijo nada de eso, aunque en realidad él no me volvió a decir nada de nada.
Nuestra rutina era la misma siempre, yo me levantaba tipo 7:00 de la mañana (Luego de pasar una mala noche), lo ayudaba a levantar y lo llevaba a la sala para que viera las noticias, luego preparaba el desayuno y lo ayudaba a sentar en la mesa; él nunca comía mucho, yo tampoco lo hacía (Su olor nauseabundo no me dejaba hacerlo), luego me bañaba y cambiaba, y lo dejaba a él de nuevo en el sofá, yo salía a comprar algunas cosas que se necesitaban en la casa, daba una vuelta por el parque y luego volvía al infierno al que solía llamaba hogar.
Al parecer él no se movía de ahí pues siempre lo encontraba en la misma posición en que yo lo había dejado. Ni siquiera me saludaba, yo sí lo hacía, iba y le daba un beso en los labios, él nunca respondía a este (Ya no respondía a nada).
Luego de llorar toda la noche, decidí que no quería vivir más con él, desde que había cambiado de esa manera conmigo sentía que mi vida estaba muerta (literalmente muerta). Me desperté temprano, no lo levanté, lo dejé dormir; me bañé y me cambié, salí a comprar algunas bolsas para la basura. No fui al parque (No tenía ni ánimo, ni tiempo), cuando lo encontré echado en la cama, aún dormía, lo trate de levantar pero no quiso; sabía que me escuchaba, así que empecé a gritarle, le dije que estaba aburrida con él, que ya no quería vivir más así, él ni se inmutó, lloré de nuevo y le pedí perdón, le di un beso en los labios y lo metí en una de las bolsas de basura que había comprado, lo llevé al patio y empecé a cavar un agujero, al terminarlo, lo metí ahí y traje algunas flores que habían en la sala, las metí ahí también, luego lo tapé con tierra y cubrí con pasto esa parte.
Entré a la casa llorando, tomé una foto de él y bajé al sótano, pegué la foto en un cuadro enorme, debajo de 15 fotos más. Eran las fotos de mis novios anteriores, esos mismos que también estaban ahí afuera, enterrados en mi patio.
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Microcuentos de terror
Mystery / ThrillerPequeños relatos de terror que podrán o no helar tu sangre. Eso dependerá de ti. Sólo no mires atrás...