A Minseok le gustan malos.

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Chanyeol dormía cómodamente en su cama, eran las tres de la mañana y todo estaba en rotunda calma. La luna brillaba asomándose por la ventana, iluminando levemente al chico que dormía únicamente con unos pantalonsillos, hacía algo de calor, por lo que estaba más cómodo abrazado a su almohada con las sabanas en el suelo.

Con algunos gruñidos de satisfacción se abrazo sintiéndose cómodo de estar en el lado frío de la almohada.

- ¡Aaaaaahhh! - se escuchó un trío de voces gritando de manera descontrolada haciendo que Chanyeol, por el susto cayera de la cama.

¡Eran sus hermanas! Sin detenerse a preguntar ni pensar, corrió en dirección a la habitación que sus hermanas mellizas compartían no sin antes tomar el bate de béisbol metálico que poseía.

- ¡¿Qué sucede?! - Empujó la puerta de la habitación con el bate listo para golpear algo.

Sus mejillas se convirtieron en rojos tomates maduros cuando encontró a sus hermanas detrás de la computadora y para su sorpresa, la mejor amiga de ambas.

Kim Minseok. La chica, en esos momentos castaña, se sonrojo al ver el cuerpo del hermano menor de sus mejores amigas únicamente con un pantalonsillos -. Oh, hola Channie. - Dijo avergonzada cubriendo sus ojos.

- Ah, ah. - Tartamudeo.

- ¡Ponte ropa, tarado! - sus hermanas gritaron lanzando sus peluches para que se cubriera y no espantara a su unnie.

Este corrió devuelta a sus habitación extremadamente avergonzado y con una camisa puesta, regresó tratando de peinarse para no verse tan terrible enfrente de su crush. Por que sí, su noona. Mejor amiga de sus hermanas era su amor platónico desde que la conoció unos años atrás el día de una fiesta de pijamas que organizaron sus dos hermanas. Baekhee y Jingdae, un par de hermanas locas, torpes, chismosas, malcriadas, bromistas, mal habladas, coquetas y sobre todas las cosas, ruidosas como nadie.

Chanyeol se sorprendía sobre el detalle de qué ellas eran mayores que él por un año. Mucho más al pensar que sus hermanas eran un peligro para la sociedad, pero Minseok parecía bastante cómoda entre esas desquiciadas. Ella era tan dulce, divertida, ligeramente traviesa, cariñosa, atrevida y ciertamente hermosa, sus hermanas eran... iugh.

Al regresar, tocó la puerta y con lentitud se asomó por el umbral -. Hola, noona. - Dijo avergonzado al ser Minseok la primera en ver dentro.

- Hola, Channie. - Rió divertida por el comportamiento de su menor.

- ¿Qué hay de nosotras, tonto? - Se quejaron sus hermanas al mismo tiempo, a veces pensaba que eran esas gemelas de The Shinning, igual de aterradoras. Solo les faltaba vestir idénticas.

- Hola, apestosas. - Se burló como bien hermano que es, ambas sol gruñeron, iban a golpearle pero las risitas de Minseok las detuvo. Fue ese momento en que Chanyeol pudo apreciarla, llevaba una sudadera grande gris del equipo de Básquetbol de la escuela, y un corto short azul celeste que hacía que sus piernas pálidas - que eran la fantasía de Chanyeol, por cierto. - lucieran mil veces mejor.

- ¡Unnie! - Se quejaron las hermanas, viéndose graciosas con sus pijamas a juego, Baekhee en rosa y Jingdae en verde.

- ¡No debes apoyarle! - Chilló Jingdae.

- ¡Eres nuestra amiga, no de él! - Fue turno de Baekhee para quejarse.

- Pero noona me quiere más a mí. - Chanyeol les enseño su lengua.

- ¡Unnie! - Chillaron de vuelta.

- Vamos, niñas. Dejen de pelear con su hermano. - Se abrazo a un peluche de hámster que llevaba a cada pijamada -. Yo los quiero por igual.

Chicos malos. XiuyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora