Tamara Sallow

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"Emancipaos de la esclavitud mental, nadie salvo ustedes puede liberar su mente -

Bob Marley"





He vivido toda mi vida con miedo, siempre temerosa de lo que pasará a continuación.

Ya no sé qué es tener una vida normal, trabajar, tener amigos y una buena relación con mi familia. Ya no se nada acerca de amor, o calidez.

Y vaya que extraño eso.

Papá se fue, me abandono junto a mi madrastra.

Aún recuerdo cuando me miro mientras metía su ropa en su mochila rota, miro a mis ojos y sonrió; "No seas como yo, por favor", y sin más, se largó por la puerta... Aun puedo escuchar a Carol llorarle a sus pies, rasgando su remera con sus uñas sollozando por su abandono.

Desde ahí todo cambio... Mi vida jamás volvió a ser la misma.

"Una de noche, y otra de día. "

Salgo del baño de señoritas a pasos apresurados, seco mis manos en mi pantalón, pero paro en seco, ya la he cagado.

A pasitos apresurados entro a la tienda, volteo un poco de costado, y miro mi pantalón por detrás por el reflejo del espejo del mostrador, así es, parece que me hubiera orinado encima.

Aplaudo a mí misma mentalmente por ser tan idiota.

-          ¡Tamara! - El grito de Sam me hace volver a la realidad, su mirada suelta terror, mientras ladea levemente la cabeza-

Mi mirada examina la tienda, ¿qué quiere que mire?

Veo una espalda ancha cerca de un estante, está muy cerca de él, puedo ver como sus hombros se mueven rápida pero delicadamente. Me acerco cautelosa, no quiero que se vuelva un malentendido si me equivoco.

-          ¿Le puedo ayudar en algo? - susurro con simpatía, pero la espalda ancha cubierta con una chaqueta de cuero se detiene -

Poco a poco voltea su cabeza, hasta que me puede ver por el rabillo del ojo, su mirada es sádica. No puedo imaginar todo tipo de horrores que han visto esos ojos verdes. "Violador y asesino" cruza por mi mente, dejándome sin habla. Antes de poder reaccionar su cuerpo se mueve rápido, sale por la tienda, encendiendo la alarma antirrobo.

Mis pies se mueven solos, ni siquiera sé que estoy haciendo. Puedo verlo correr sosteniendo algo en los brazos mientras voy detrás de él, mierda, que no sea un puto celular.

-          ¡Alto! - Mis piernas arden y siento como mis tobillos flaquean- ¡Por favor!

El chico se detiene, y voltea. Miro a los lados, estamos solos.

Mi respiración se atasca en mi garganta cuando veo a Broker frente a mí, el matón de mi barrio. El no parece reconocerme, en realidad no me sorprende, nunca me ha notado, nunca me ha dirigido una palabra, cosa que me alivia.

-          Por favor, devuélvelo... Juro que no diré nada, diré que te escapaste, pero por favor, pendo de un hilo aquí...- Le suplico, la vergüenza y humillación revolotea por todo mi ser, pero es necesario. -

Sus manos se abren frente a mí, y no hay nada. De pronto siento mi rostro caliente, supongo que me ruborice. Su mirada recorre mi cuerpo, y sus fosas nasales se vuelven anchas, sus labios se arquean en señal de disgusto y su ceja derecha se alza.

-          ¿Creíste que había robado algo de la tienda? -Me mira desafiante, y da dos pasos al frente, encarándome, mis piernas tiemblan tanto que siento que me fallaran –

Al verlo tan desafiante no puedo evitar pensar en que me haría si tan solo se molesta un poco más, no hay nadie alrededor, podría simplemente darme una paliza y nadie lo notaria. Y no sería la primera persona o mujer que él le daría una paliza en un lugar público, eso es seguro. Al menos por los chismes que corren por el barrio lo aseguran.

-          L-lo siento... No fue mi-- No pude seguir más, me callo, al notar que mi voz me falla-

-          ¿Me viste la cara de raterito, niñita? -Susurra hacia mí, su rostro emite coraje y diabólico furor -

Un mechón de pelo se mueve y por primera vez veo sus ojos, son verdes brillantes, pero la malicia que se percibe, me hace temblar. Trato de mantener la postura erguida, no quiero que sepa que me aterra a morir.

Parece olfatear mi miedo, y con satisfacción sonríe mientras gira sobre sus talones y desaparece de mi vista.

A pasos temblorosos camino hacia la tienda, siento mi estómago revuelto, y mis manos frías. Me metí con el matón del barrio, ¿ahora qué voy a hacer ahora?

- ¡Demonios! ¿Por qué lo perseguiste? - Me pregunta Sam con asombro-

-          Creí que estaba robando un celular, pero no pasa nada...- Me siento en la silla del mostrador, y en mi mente hace un 'click'- Espera... ¿Por qué me hiciste esa seña entonces? -

Sam me mira con confusión, y alza una ceja.

-          Porque el tipo era aterrador, y quería que lo atendieras tú, dah - Hace una mueca de disgusto que me hace reír internamente -

Si lo encuentro por el barrio y me reconoce, ¿qué haré? Mis manos tiemblan al imaginármelo.

Broker es un hombre con el que no me debo meter, según los chismes del barrio trabaja para un mafioso italiano, asesina a quien se le mande, dicen que ha asaltado sexualmente a mujeres que ve por la calle, y para culminar que mato a su propio padre.

Miro hacia la entrada de la tienda, el miedo llena mi pecho, sacándome un pesado suspiro.

La tarde es lenta, la temporada de este mes es muerto.

-          Cierras hoy, Sammy - Le digo con burla, el suspira cansado, mientras barre el suelo-

-          Está bien, ¿ya te vas? - Asiento, y recojo mis cosas, me despido con la mano y salgo de la tienda.

Falta poco para oscurecer, miro el reloj en mi muñeca, 6:32 pm, y quiero golpear mi mano contra mi frente, he perdido el bus. Carol va a matarme.

Mis cansadas piernas flaquean, veo mi edificio a pocos metros, verifico la hora, 7:25 pm. Subo las escaleras con la poca fuerza que me queda, y tan solo imagino los gritos de Carol, espero que no esté con Rockie, uno de sus hombres.

Abro la puerta de casa, y miro en el interior, esta Carol sentada con una copa de vino en su mano, y en la otra un cigarrillo.

Su mirada nerviosa cae sobre mí, y tiemblo.

-          ¿Dónde carajos estabas? ¿Sabes lo tarde que es? ¡Hay tres clientes en la lista esperando a que llegues, perra desconsiderada! - Grita. -

Escucho unos pasos cerca, mi vista da hacia las escaleras, y veo una chaqueta marrón, mi respiración se atasca en mi garganta, y entro rápido a casa y cierro con llave.

-          Ahora ve a cambiarte, el show empezara en menos de media hora. - dice mientras se levanta, y desaparece por la cocina. -

Voy a mi habitación, y quito mi ropa, mi piel arde, al igual que mi garganta, no sé cuánto más pueda aguantar.

Camino hasta el espejo, y miro todas las marcas de mi cuerpo, marcas que debo cubrir con maquillaje día a día. Hay moretones en mis costillas, marcas de dedos sucios sobre todo mi cuerpo. Siento que las lágrimas me queman el rostro, mientras me pongo la lencería, cubro este con una máscara y al final unos tacones.

Salgo a la sala, y hay tres hombres sentados en el mueble, sus rostros sonrientes me miran, su mirada es sádica, reprimo las ganas de insultarlos con una sonrisa, y me subo al pequeño escenario, mientras me preparo para comenzar a bailar.

Mi nombre es Tamara Sallow, tengo 18 años, mi papa me abandono junto a mi madrasta a los 8 años, desde entonces, Carol me ha obligado a prostituirme. Esta es mi historia.

Tamara Sallow |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora