Capítulo I.

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[Jue. 01/11/2018]

Abro mis ojos del susto por el canto del estúpido gallo que está a centímetros de nosotras.

— ¡Maldito gallo! —Escucho quejarse a Vane.

—Apenas son las seis de la mañana. —Dice Cere viendo la hora en su teléfono.

El gallo volvió a cantar, pero aún más fuerte. — ¡Que alguien le lance algo!

—Creo que escucha nuestras quejas. —Musita Vanessa sentándose en el colchón.

—No hay piedras cerca... —Habla Cere con la cara metida en las sábanas.

— "Dirmimis in il pitii" "sirí diviritidi" —Me levanté mofando. —Sí, divertido que un gallo nos despierte a las seis a.m. —Levanté seis dedos mostrándoselos.

—En mí defensa —Habló Vane levantando la mano. —No sabía que tu gallo nos traería su 'canto mañanero' para empezar el día.

—Ni yo. —Dijo Cere en un bostezo. —Ni si quiera lo vi venir. Llevo despierta desde las cinco más o menos. —Ambas se levantaron y me ayudaron a llevar el colchón a su lugar nuevamente. 

Mi hermana aún dormía, mi padre había salido. El café estaba hecho, así que hice desayuno. Al cabo de comer decidimos hacer una sesión de fotos ya que ayer no nos dió tiempo por el espectáculo de ayer.

Colocamos unas sábanas de colores claros para suplantar un fondo, Cerenis era la fotógrafa, pero luego pedí cambio para que ella también tuviera fotos sola y no solo 'selfies'; al rato llegó mi padre, no saludó, solo se sentó a comer, recogimos todo y Vane se fue a duchar para irse a su casa.

—Nos vemos a la noche. —Se despidió con un beso en la mejilla y se marchó.

Mientras Cere y yo tuvimos tiempo de ducharnos, revisar nuestras redes y hablar con Alfredo para luego ir a la casa de nuestra tía. Le preguntamos si iría a casa de Vane y contestó que sí, que lo esperáramos para irnos todos.

Caminamos hasta el centro del pueblo donde habitamos, la casa de mi tía se encuentra como a díez cuadras de mi casa, haciendo un cálculo redondo. Es una muy hermosa casa de tres pisos, cada uno de ellos es como una casa, los dos de arriba aún están en construcción, siempre hay gente haciendo algo ahí arriba ya que algunas habitaciones no están completas.

Cerenis llama a la puerta que se encuentra en el extremo derecho de la reja, la secretaria nos abre y caminamos hasta la otra puerta que es la entrada de la oficina, ya que la puerta que da a la sala está cerrada, seguro tienen el aire acondicionado encendido. Caminamos hasta el otro extremo, hay una pequeña habitación sin terminar que viene después de la oficina y después de ella se encuentra la cocina.

—Bendición tía. —Abrazo a mi tía María y la saludo con un beso en la mejilla. — ¿Y mi tía Bernardina?

—Dios te bendiga mi amor. —Me recibe con un abrazo y un beso en la mejilla —Está atrás, haciendo queso.

—Iré a saludarla.

—Está bien.

Cerenis ya se me había adelantado ya que habí pasado delante de mí, así que fue a la habitación donde se está hospedando para buscar ropa. De camino al patio, paso por la sala y saludo a mis primos pequeños. Jesser y Jamza que están con su padre el señor Pedro. 

— ¡Dari! —Jamza me recibe con un abrazo y Jesser solo dice "hola, Dari".

—Hola, Jamza y hola Jesser. —Jamza vuelve a su puesto y me dirijo al señor Pedro. —Bendición.

¿Amigos con derecho? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora