Sismo

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Un terremoto sacudió la ciudad provocando que uno de los edificios colindantes al centro de investigación quedara reducido a una enorme pila de escombros. Conociendo el riesgo Yusei Fudo salió a investigar el área. El terremoto había empujado los cimientos de la tierra, haciendo una grieta entre los escombros lo suficientemente grande para lograr que una persona pasase. Yusei estaba seguro de haber escuchado una voz desde dentro de la grieta, llamo a Crow para que pidiera ayuda. Tomo una soga y amarro uno de los costados a una roca y la otra a su cintura. Se adentró en la boca de lobo. El lugar era sumamente oscuro aun con la linterna era difícil ver el lugar, estaba húmedo y agua se filtraba entre las rocas. El suelo esta suelto en partes dificultando el paso. La grieta parecía formar una especie de túnel estrecho. Entonces escucho esa voz de nuevo. "Estoy aquí" era la voz de un muchacho. Ahora estaba seguro que había alguien atrapado. "Por aquí" La voz golpeaba en las paredes en un eco que hacia vibrar bajo sus pies. La piel se le erizaba con aquel sonido, "tal vez estaba más lejos de lo que pensaba", se planteó. Esperaba que la cuerda fuese lo suficientemente larga y la grieta tan ancha como para permitirle avanzar.

La luz de la linterna comenzó a parpadear en lo que se acercaba al, cada vez más, estrecho lugar. "sigue, estoy aquí", la voz nuevamente retumbo en un volumen un poco más alto y sintió un frío recorrerle desde la espina hasta la nuca. "Voy en camino" respondió a la voz en un intento de darle esperanzas. La luz de la linterna finalmente cedió y la penumbra lo envolvió. Sentía miedo, miedo de terminar ambos en ese lugar, que las paredes colapsaran, no estaba seguro pero aquello no era lo que le aterrorizaba, era más un sentimiento de soledad que invadió su alma, de sentirse desamparado, no entendía a que venían estos sentimientos justo en ese momento. ¿No debería sentirse más apresurado de salvar su vida?

"¿Aun estás conmigo?" preguntó al muchacho que llevaba más tiempo atrapado

"Estoy aquí" en el negro profundo de las sombras casi podría jurar que la voz le hablaba al oído, había confundido por un momento una ráfaga de viento tibio con su aliento. "Hay luz al frente, sigue" volvió a escuchar y pensó que se una ráfaga de viento vino hacia el seguramente habría otra salida del otro lado. Camino lentamente tanteando el terreno, la grieta era tan estrecha que ahora avanzaba de lado. Después de unos minutos angustiosos su hombro choco contra lo que parecía ser una gran roca, palpo con sus manos y se dio cuenta que no había salida. Un ansiedad lo turbo y comenzó a escarbar las paredes con las manos de forma desesperada, sentía que el aire comenzaba a faltarle y después de dar una patada con rabia pudo percibir un tenue haz de luz azul proveniente de entre dos rocas a la altura de su rodilla. Con cuidado de puso en cuclillas para remover las rocas, no quería que esto provocara que todo se le viniese encima.

Como pudo fue haciendo el espacio más grande y más luz lograba ver. Se introdujo en el hueco y se dio cuenta que la luz provenía de unas rocas que parecían brillar por en la oscuridad de forma natural, dando a todo un aspecto misterioso pero sumamente hermoso. Busco a alguien cerca y diviso una pila de escombros a varios metros a lo lejos frente a él. "¿Dónde estás?" preguntó prestando atención alrededor. "Estoy cerca, frente a ti" contestó aquella voz, le pareció una voz fría pero familiar a la vez y de nuevo esa sensación que le recorría hasta la nuca. Seguramente estaría debajo de esa pila de escombros, al menos parecía que estaba bien. Trato de avanzar pero la cuerda en su cintura se lo impidió. No podía avanzar más con ella, así que decidió desatarla y amarrarla a una de las piedras al menos así ya había guiado al equipo de rescate que, esperaba, Crow hubiese llamado. Camino hasta la pila de escombros observando a su paso el lugar. Era un lugar extraño, las rocas iluminaban tenuemente las paredes que parecían estar grabados con símbolos antiguos. Presto atención y reconoció que parecían símbolos celtas como los que hay en las runas, aun recordaba haberlos visto cuando fueron a la feria con Jack, una charlatana le había leído su suerte a su rubio amigo. Entonces se percató que el lugar donde estaban los escombros estaba rodeado de agua, esperaba no fuese muy profundo. Metió los pies al agua y esta le llego a las rodillas, avanzo con dificultad hasta los escombros. Al llegar observo con cuidado, había alguien bajo los escombros, rápidamente empezó a retirar las rocas hasta que vio un rostro, este parecía estar inconsciente, retiro lo más rápido que pudo el resto de los escombros. La respiración de aquel muchacho era tenue pero al menos respiraba, remojo un pañuelo que sacó del bolsillo de atrás de su pantalón y limpio el rostro. Pudo observar bien su rostro y sus cabellos castaños que iban tomando una coloración más clara en el nacimiento de los mismos. Aprecio que era un muchacho joven como intuía, uno muy apuesto. Tenía unas pestañas largas y rizadas y sus labios era pequeños pero carnosos. Se detuvo un momento a limpiarlos con el pañuelo y se sintió avergonzado de sus propias divagaciones. Observo el lugar parecía que los cristales de luz se concentraban más justo encima de ellos y el chico parecía estar acostado sobre un islote de piedra tallada rodeados por el agua que reflejaba la luz de los cristales. Se preguntó cómo habría llegado ese muchacho allí. Era todo muy extraño y más aún le sorprendió haber podido escuchar su voz a la distancia de donde se encontraban. Seguramente era gracias al eco que lo pudo escuchar pero no dejaba de ser todo sumamente extraño.

Desentierra un amigoWhere stories live. Discover now