Jotear Entre Compás.

04

México había entrado a la sala donde sería la reunión, no había casi nadie. Solo estaban China, Alemania y Francia los cuales lo miraron sorprendidos. Decidió regalarles una sonrisa nerviosa y tomar asiento.

En la parte en la que se había sentado no había nadie, estaba completamente solo. China estaba a un extremo de la mesa al igual que Francia y Alemania, solo que en diferentes espacios. Estaba algo incómodo por el silencio, pero este le daba oportunidad para poder pensar mejor lo que le diría a Rusia. Así que la aprovecho.

Había pasado un buen rato y más países habían llegado. Algunos se habían sorprendido por la actitud del mexicano. Había llegado temprano y no tarde, se encontraba callado y sin hacer desmadre. Algo muy raro.

Pero eso no importaba ya que no era nada grave. Simplemente México ya había pensado en que decirle a Rusia, por lo cual había estado muy atento y sin hacer alguna estupidez por si llegaba el ruso, del que aun no había señales.

Se levantó de la mesa y salió de la sala, dirigiéndose a los baños. Al entrar a estos se lavo el rostro. En la sala hacia calor y aunque estaba acostumbrado a soportar temperaturas altas, no le quitaba el hecho de sentir calor y en ese momento sentía mucho calor. Por lo que comenzó a lavarse seguido el rostro hasta que por fin desapareciese el calor que lo acechaba.

Algo irritado por no ver resultados abrió la llave del lavabo al máximo y enterró su cabeza en el. Para el era el jodido cielo, se estaba refrescando, solo y tranquilo. Todo estaba bien hasta que su lindo paraíso fue interrumpido por una fuerte nalgada.

Saco su cabeza rápidamente del lavo escupiendo algo de agua. Daba ahorcadas por lo sucedido y trataba de recuperar el aire. Cuando pudo calmarse el latino se volteó furioso.

—¡Haber puto, porque me nalgueaste!— grito molesto sin saber quien tenía al enfrente, ya que mantenía los ojos cerrados, tratando de desaparecer el ardor que tenían estos por el contacto tan repentino que tuvo con el agua.

—Прости — Al escuchar esa voz el mexicano abrió los ojos rápidamente. Sus ojos miraban sorprendido al ruso mientras que sus mejillas se adornaban de un color rojizo. Este le dedicó una sonrisa coqueta y se acercó a él.

—Ya sé que significa jotear.

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