El diario de Arthur

Capítulo 2

2 de Diciembre

Hace un par de días que no escribo, así que contaré todo lo que ha ocurrido estos dos días.

El aro que expulsó la explosión me alcanzó y, según palabras de mi padre, me lanzó del tejado a la calle. Aun sigo sin saber cómo es qe sigo vivo, tan solo me duele un poco la cabeza. Me metieron en casa y me desperté a penas un par de horas después. Desde entonces me tienen encerrado en casa con mamá, aunque papá tampoco sale mucho, únicamente un par de horas para la guardia. Estuve intentando leer Twitter e Instagram estos días, pero los servidores están caídos, por lo que volví a estar pendiente de la televisión, por si los canales de noticias decían algo importante, hasta esta mañana. Cuando desperté bajé directo al salón, encendí la pantalla y busqué el primer canal que me pudiese proporcionar información importante al respecto. Me detuve en el canal 6. En él, la mujer se veía muy inquieta. Informó de que  por ahora, ese sería su último programa en ser emitido. Finalizó con la escalofriante frase "Que Dios nos acompañe a todos".

Instantaneamente apagué la televisión, con la piel erizada. Sabía que el mundo cambiaría.

3 de Diciembre

Ayer pasé la tarde ayudando a papá a fortificar nuestra casa. Ahora a la única forma de salir y entrar es por una escalerilla de mano que conecta nuestro patio interior con la calle.

En una de mis excursiones de expliración encontré un arma nueva, una P1911, con 4 balas. A eso le sumo el revólver que me entregó mi padre. Aún no he disparado, así que tengo 10 balas en total.

Además encontré una mochila nueva, una vans negra con muchísimo espacio.

Inventario:

P1911 - 4 balas
Revolver - 6 balas
Cuchillo de caza
Diario (obviamente)
Lápiz
Bolsa de chuches (siempre viene bien)
Botellín de agua medio lleno
Bolsa de patatas fritas casi vacía

Estoy sentado en un tejado, me he alejado cerca de un kilómetro y medio de mi barrio. La zona está desierta, y el humo de la explosión sigue imponiéndose sobre el cielo, ahora aparenta forma de hongo, desapareciendo lentamente.

Me he alejado otro medio kilómetro, he ido entrando en las casas, pero si ls explosión es, como ya me imagino, nuclear, las zonas próximas a ella pueden estar irradiadas, así que no he tomado nada de ellas.

Estoy a 3 km de mi pueblo, estoy observando un grupo de hombres en medio de la carretera. Tienen sarpullidos sangrantes por las partes visibles de su cuerpo, y no hablan, tan solo emiten gemidos. He probado a lanzar una roca cerca de ellos, para comprobar su reacción. Han acudido sin pensarlo al sonido y han rodeado la piedra. He agarrado otra piedra y la he lanzado a otro coche a unos metros de ellos, y han acudido una vez más al sonido, además de que han aparecido otros dos de una casa cercana.

Esto es imposible. Imposible. No puede ser. Estaba observando el comportamiento de esos seres cuando de repente ha empezado a nevar. En sí no hay nada de raro. El problema es que vivo cerca del mar, y nunca nieva, la última vez fue hace 20 años. Otro detalle raro, estamos a 30° centígrados. Es físicamente imposible que nieve.

Me pregunto si será por la radiación.

Estoy andando de vuelta por los tejados, ya que se está haciendo tarde, estimo que serán cerca de las 19:00, no lo sé a ciencia cierta. Hace 3 días que los relojes se pararon. La única explicación que encuentro es la bomba atómica, podría haber afectado al campo electromagnético del lugar, aunque es algo raro, casi imposible diría.

Estoy de vuelta en mi habitación, mi padre está muy enfadado conmigo por haberme ido toda la tarde y me ha castigado en mi cuarto. He de decir que estoy bastante aburrido, la luz eléctrica se ha cortado, mi móvil está sin batería y lo único que advierto a ver es mi escritorio, iluminado por la ténue luz de la Luna, y la fogata en la calle que se enciende mi ventana cada noche a la misma hora. Creo que me iré a dormir, estoy bastante cansado y mañana tal vez tenga cosas que hacer.

4 de Diciembre?

He escuchado un golpe muy fuerte en la calle, la luz de la fogata se ha apagado, y escucho muchos perros ladrando, como si de una jauría de lobos se tratase. Escucho sus ocicos oler em todas direcciones, y sus patas correr hacia ningún lugar. Tengo el revolver en la mano, si algo entra, estaré preparado.