Capítulo 3: Amor de Madre

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Había pasado ya tiempo desde que Loki había sido capturado por los Aesir y entrenado por estos

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Había pasado ya tiempo desde que Loki había sido capturado por los Aesir y entrenado por estos. El joven Jotnar ya era un adolescente fuerte y diestro con las armas, aprendió bastante rápido.

Mientras los demás dioses dormían, él se acercaba a donde estaba capturada su madre junto a otras esclavas. El número de pobre mujeres capturadas variaba constantemente pues ellas se destrozaban en cráneo contra la pared o el suelo con tal de no sufrir a manos de los crueles dioses; si es que estos no las mataban en algún momento de descontrol.

—Ya lo controló mejor, madre —dijo Loki mientras creaba hielo en la palma de su mano, luego el hielo se volvió agua y comenzó a girar alrededor de su muñeca.

—Me alegra ver cuanto has mejorado —dijo la mujer con una sonrisa débil.

A Loki le destrozaba ver así a su madre.

—Déjame sacarte de aquí.

—No, te matarán si te descubren.

—Y a ti te matarán si te siguen tratando así.

Loki salió furioso del lugar. Deseaba ir y matar a los dioses mientras dormían pero siempre había uno despierto haciendo guardia; aun no confiaban en él.

—¡Loki! —grito una voz potente no muy lejos. Loki volteo y vio allí a Buri, padre de los dioses—. Ven conmigo.

Escondiendo su furia se acercó al dios que simplemente comenzó a caminar, siendo seguido por el joven.

—Has mejorado mucho en tu entrenamiento pero hay algo que me preocupa —habló el dios sin molestarse a mirarlo.

—¿Qué cosa? —pregunto Loki.

—Tu madre. Se que no vas con las esclavas para gozar de alguna así que debes ir a hablar con esa puta.

Loki se tenso cuando escucho la forma en la que Buri se dirigía a su madre, cosa que este noto.

—¿Te molesta? —pregunto con tono soberbio—, ¿te molesta que le diga puta a tu madre? Después de todo, eso es lo que es.

Loki volteo a verlo con una furia asesina en la mirada.

—¿Te molesta que sea violada hasta perder la consciencia? —pregunto con una sonrisa de superioridad—. A ella eso le encanta; es la más puta de todas las gigantas.

Loki no aguanto más y le lanzo un derechazo al rostro pero Buri se lo atrapó con facilidad para comenzar a apretarle el puño, haciéndole crujir los huesos. Le conectó un rodillazo en la boca del estómago seguido de un derechazo al costado de la cabeza que derribó al joven gigante, dejándolo desmayado.
Todo quedó en oscuridad por unas horas hasta que entre sacudones y golpes, Loki fue despertado.

—Me decepcionas, Loki —dijo Odín que lo sujetaba de los brazos por detrás.

—¿Qué está pasando? —pregunto confundido Loki.

—Vamos a convertirte en hombre —dijo Buri que estaba parado junto a Vili y Ve.

En eso se acercó Bor, arrastrando con una mano del cabello a la indefensa Laufey cuyo rostro estaba bañado en sangre y su cuerpo lleno de moretones.

—Déjenla ir —pidió Loki suplicante.

—Hoy ella será libre —anuncio Buri—. Ella es lo único que te ata a tu lado gigante y te impide alcanzar la superioridad de un dios.

—¿De qué estas hablando? —pregunto con temor.

Laufey solo podía abrir un ojo por lo hinchado que estaba su rostro. Con aquel ojo lagrimoso miro a su hijo, diciendo todo sin decir palabra alguna. Una pequeña sonrisa cansada cruzó por su rostro mientras Bor sacaba un cuchillo de su cintura.

—Mi niño —hablo cono la voz quebrada la mujer—. El soy brillara para ti muy pronto.

El cuchillo de Bor abrió de un lado al otro la garganta de la mujer y la sangre azul comenzó a salir a borbotones.

—¡No! —grito de forma desgarradora el gigante mientras intentaba desesperadamente de liberarse.

—Es hora de que te vuelvas un dios —dijo Buri.

Bor saco un cuerno con el interior hueco y lo colocó bajo la garganta de Laufey, llenándolo con su sangre. Odín paso sus brazos por debajo de las axilas de Loki y le sujeto la cabeza, abriéndole la boca a la fuerza. Bor se acercó y vertió el líquido azul en la boca de su hijo, haciendo que este bebiera la sangre de su propia madre.

Loki hacia fuerza para no tragar pero esto le era imposible, aquello era sumamente humillante. Cuando el cuerno quedó vacío Odín arrojó al suelo a su hermano el cual lloraba de la ira, tristeza e impotencia.

—No seas maricón, Loki. Esto es necesario —dijo Odín.

—¿Es que acaso tu no tienes madre? —pregunto furioso el gigante.

—Tenía; me bebí su sangre y comí su piel —dijo Odín como si fuera algo normal.

—¡Malditos salvajes! ¡Jamás seré como ustedes!

—Entonces no serás nada —exclamó Buri.

Odín, Vili y Ve se acercaron a Loki y comenzaron a patearlo y pisarlo con salvajismo, fracturándole algunos huesos y abriendo su piel con múltiples heridas.

—Te volveremos un dios aunque deba ser a golpes —afirmó Buri—, si es que sobrevives a esto.

Tras un rato de golpes, Loki dejó de moverse y los dioses se dieron vuelta, dejándolo allí en el suelo. El joven se arrastró hacia el cadáver de su madre y lo acarició con debilidad. Los Aesir eran tan arrogantes que creían que Loki rechazaría su lado gigante al ver como mataban a su madre; solo habían provocado que el odio hacia los dioses se incrementará.

Loki: The Curse of the Gods (Tierra 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora