30 days [Terminada]

Día 8.

Sus miradas estaban fijas el uno al otro, el chico de cabellera dorada conocía mejor que nadie a Ace, sabía que desde el lunes esperaba más que nadie por el fin de semana por aquella salida amistosa de amigos, por ello le era bastante extraño que de un momento a otro por un malestar cancelará todo.

--¿de verdad estas tan mal?
--¿me veo bien?
--pregunta tonta, lo lamentó--rasco su nuca mientras miraba al pecoso quien en silencio hacía lo mismo--¿como te ocurrió?
--dormi con la ventana abierta, ya te lo dije.
--uno no se puede enfermar solo por eso, seguro comiste algo que te cayó mal anoche, o te dormiste desnudo.
--"¿contará dormir al descubierto llorando?"--pensó.
--bueno, te traigo la tarea.
Ace se tiro en la cama, se llevo las manos a la cara mientras giraba haciendo una pataleta--¿¡tú también!? ¡mejor termina con esto y mátame!
--no seas exagerado, son solamente ecuaciones.
--¡piedad!
Sabo rodo los ojos divertido ante aquello pero su mirada se detuvo en la libreta que había dejado Ace abierta en su escritorio, podía ver aquellos trazos un poco borrosos debido a la poca luz y lejanía, se acercó un poco más pero la voz de su amigo lo detuvo--¿que haces?
--¿que es eso?--señalo la libreta.
--un cuaderno, creo que ya los conoces ¿no?
--me refiero a lo que dibujaste--trato de tomarlo pero no pudo, el pecoso comenzo a lanzarle cosas intentando alejarlo--¿que haces?
--¡no te atrevas a tocar ese cuaderno!
--pero somos amigos, quiero ver que...
--¡aléjate!

La bipolaridad es algo normal en el chico de cabellera negra, Sabo conocia mejor que nadie todos aquellos arranques que sufría, sobretodo cuando eran de ira, pero jamás pensó ver a su amigo de tal forma, nunca imaginó que el chico de pecas se comportará con él así.

Tenía un secreto tan grande que no podía contárselo a él, por alguna extraña razón le dolía.