Adrien veía fijamente a la pequeña chica que caminaba a su lado, intentando guardar en su memoria cada rasgo de ella.
Sus pecas, sus ojos, su cabello, sus labios, su sonrisa, su nariz... todo.
Ella ya estaba al tanto de que era observada directamente por su amigo pero lo ignoraba, después de todo, ella entendió que ve diferente Adrien en ella en verdad.
¿Cuánto tardará él en darse cuenta?
-Bueno... como aún falta para llegar al cine donde Alya y Nino nos esperan, ¿por qué no hablamos de nosotros?
Preguntó la azabache, mirando al rubio que no apartó la mirada ni disimulo no verla.
-Claro...
Exclamó, viendo atrás de Marinette, donde ella iba ocultando sus manos.
Tenía ganas de agarrar una de ésas pequeñas y delicadas manos, pero... sólo para ver sí sentía algo diferente, nada más.
-Bueno... tú prácticamente conoces todo de mi ya que soy un libro abierto y digo lo que me gusta y disgusta con frecuencia, pero... me gustan los hámsters, el rosa, quiero ser diseñadora, mi sueño es tener tres hijos pero no me quejo sí tengo más, detesto las mentiras, soy algo curiosa, puedo ser muy torpe, me gustan las canciones de Jagged Stone, no me gusta tener el cabello muy larga por que es molestó y no me gusta cuidarlo de más.
Explicó, no sabiendo más que decir.
Realmente, todos aquellos que son cercanos a ella sabían ésas cosas ya que no lo ocultaba.
-¿Y tú?- preguntó, mirando a su amigo.
Adrien, sonrió levemente mientras veía ésa mirada tan inocente que tenía ella pero sabía que daba miedo sí era necesario.
Ya llevaba casi dos años conociendola, hicieron muchas cosas locas juntos, se hicieron muy buenos amigos, perdieron la vergüenza entre ellos y se confiaban todo... claro que su identidad de Chat noir, aún era un secreto pero con excepción de éso, no le guardaba nada a Marinette, siendo la única persona que...
El chico, abrió sus ojos con sorpresa y se puso a reflexionar un poco en sus propios pensamientos.
Todo lo que pasó con Marinette, el hecho de que ella lo tenía perdido en sus pensamientos todo el día, la gran confianza que se tenían, el supuesto cambio de ella que él no distinguía... todo tenía sentido ahora.
En verdad, es un idiota por no haberse dado cuenta antes.
-Me gusta los croissant, el anime, química, divertirme con mis amigos y... me gusta una chica terca, amable, valiente, inteligente y muy bonita...
En verdad, tardó en darse cuenta pero ahora que lo sabía, ya nada lo detendría.
Lo diferente que sólo él veía en Marinette pero todos ya sabían, fue rebelado para sus ojos.
-Me gustas tú, Marinette.
Por fín, sabía que es lo diferente en ella.
La chica, cerró sus ojos por unos segundos y asintió con su cabeza.
-Sí... lo sé.
Aclaró con calma, haciendo que Adrien se estremezca.
¡¿Qué ella que?!
-Q...¡¿qué?!
Preguntó, intentando no sonar sorprendido pero le era imposible.
¿Marinette sabía que le gustaba ella antes que él?
¡¿Cómo puede ser tan tonto?!
-Bien hecho por descubrirlo, ya sabes, lo que ves diferente en mí.
Felicitó ella mientras le regalaba una sonrisa y Adrien sentía tantas ganas de llorar por ser tan despistado.
Pasó por tanto y ella lo sabía.
En verdad, no se debe juzgar a un libro por su portada por que ése bello libro que es Marinette, también puede ser algo malvada aveces.
La azabache, se adelantó y se puso delante de su amigo mientras cerraba un ojo y tocaba levemente sus sonrientes labios, con su dedo índice.
-No te preocupes, será nuestro secreto.
Exclamó la ojiazul, haciendo que Adrien sonría algo apenado.
Ahora tenía un secreto no tan secreto con Marinette y así mismo, ahora sabé a la perfección que es lo que tiene que ser diferente en su relación con ella.
Próximo objetivo, conquistar a su mejor amiga.
¡¡¡Fín!!!
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¡Hola!Me dio ganas de concluir algunas historias y está fue una 👏👏👏
Gracias por acompañarme en estos 9 capítulos en los que Adrien iba perdiendo la ceguera de a poco.
Espero que les haya gustado el final abierto.
Gracias por su tiempo.
Hasta la próxima...
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Diferente
Fanfiction¿Qué es lo diferente en Marinette? ¿Su peinado? ¿su ropa? ¿su perfume? ¿Qué? Adrien no sabe que es lo que ve diferente en ella y Marinette, ni nadie, piensa decírselo.