Capítulo 30

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Abigail llegó a la cafetería donde se encontraba su amiga Tania. Se habían vuelto muy cercanas en las últimas tres semanas. Tania era una chica dulce, simpática, amable, en definitiva, era encantadora. En los últimos días, Tania no paraba de hablarle sobre un especie de novio, al parecer no era nada oficial y no iban es serio, simplemente era un "amigo" con el que a veces pasaba la estable la amistad. Según Tania, Abby necesitaba relacionarse mas, así que su amiga había preparado esa quedada no sólo para presentarle a su supuesto "amiguito" si no también para que Abby hablase con chicos. Se sentó en la mesa después de abrazar a su amiga, en cuanto a los chico, no tardaron en llegar.
-Pero mira a quien tenemos aquí, es la hermosa Tania y...- el chico dejó de hablar al ver a Abby. -¿Quién eres tu?
-Abigail, me llamo Abigail.
-También podéis llamarla Abby- añadió su amiga.
-Así que Abby, ¿eh?, un bonito nombre para una bonita chica- dijo otro de los allí presentes mientras guiñaba un ojo.
-Encantada de conoceros.- contestó la chica manteniendo la compostura y los modales aunque sintiéndose extremadamente incómoda.
-Oye, todos tenemos la misma edad, no hace falta que hables tan firme y educadamente, sueltate un poco, no vamos a comerte.
-No por el momento- susurró otro, aunque demasiado alto ya que todos pudieron oír aquel comentario y no pudieron evitar reirse, todos menos Abby, claro.
-Por favor chicos, no seáis así, simplemente es tímida.- dijo Tania acariciandole la espalda.- Bueno, ¿Nos vamos ya?
-¿Irnos? ¿Irnos a donde?- preguntó Abigail confusa.
-Hemos comprado entradas para esa película que está tan de moda.- respondió uno de los chicos.
Así que se dirigían al cine...

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Por el camino al cine Abby estaba intentando recordar los nombre de ellos. Antes de que hubiesen llegado a la cafetería Tania le había descrito a todos ellos. El del pelo largo recogido en una especie de coleta se llamaba Lucas, el siguiente era Logan, que era el que tenía la cabellera rubia y el cual le recordaba a Abby al típico surfero, otro de los chicos era Leo, el amiguito de Tania, ese no había sido difícil de identificar ya que estaba todo el rato pegado a Tania y por último estaba Samuel, un pelirrojo que tenía pecas repartidas por toda la cara,se había mostrado tímido y callado, tan sólo había pronunciado un "hola" al llegar a la cafetería y ver a las chicas.
Abby seguía en sus pensamientos hasta que llegaron al cine y una voz la sacó de sus pensamientos.
-Chicos, malas noticias.
-¿Qué pasa?¿Falta alguna entrada?
-No, no es eso, es sólo que nos ha tocado en butacas separadas.
-¿Y que más dará? Lo importante es la película- comentó Lucas y Logan asintió.
Abby permanecía completamente callada, si ya de por sí la idea de ir al cine a ver la última película de terror le había parecido malísima, ahora tenerse que separar le parecía una peor idea.
-Nos tenemos que dividir en tres parejas- dijo Leo. -Unos se sentarán en las butacas 70 y 71, otros en la 49 y 50 y los últimos en la 22 y 23.
-Lucas y yo vamos juntos.- comentó Logan. -Tío vamos a por las palomitas.
-De acuerdo.- respondió Lucas- Nos vemos cuando termine la película.
Mientras Abby observaba como se alejaban escuchó un cuchicheo.
-Abby- dijo Tania para llamar la atención de su amiga. - Si no te importa me voy a poner con Leo, ¿No te enfada, verdad?
Abby negó con la cabeza, era normal que su amiga se quisiese poner con el chico que le gustaba pero haberla invitado a ver una película que no le iba a gustar con una persona que básicamente no conocía había sido una pésima idea.

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Abby y Samuel se sentaron en sus respectivas butacas. Cuando empezó la película ella no apartó la vista del suelo. Aquellas películas le recordaban demasiado escenas de su vida que no quería recordar.
-¿No te gusta?
Abby miró a Samuel quien tampoco parecía realmente interesado en la película.
-No, soy de esa clase de personas a las que les da un miedo terrible estas películas, o sea, ya se que son actores y la sangre es falsa, pero te prometo que no puedo, se me pone la carne de gallina y... - Abby se calló al escuchar la risa de Samuel.
-¿Prefieres que salgamos de aquí y demos una vuelta?- propuso el chico.
-De acuerdo- respondió ella, de todas formas no perdía nada, peor que viendo esa película no se lo iba a pasar.

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Llevaban ya casi dos horas dando vueltas por el parque, Abby calculaba que no quedaría mucho para la película, aunque tampoco le importaba, se lo había pasado demasiado bien. Samuel era un chico encantador, muy interesante y había terminado siendo un auténtico hablador.
-No, eso no es cierto- respondió él entre risas
-Te prometo que sí- dijo entre risas Abby.
De repente le llegó un mensaje a Abby. Era Tania diciendo que se habían ido a su casa a terminar una cosa importante y que en cuanto a Logan y Lucas, se habían ido a una fiesta que se celebraba por allí.
-¿Qué pasa?- preguntó él viendo que Abby no dejaba el móvil.
-Nada, Nos hemos quedado solos al parecer.
- En ese caso, ¿puedo invitarte a cenar?
Abby se quedó pensativa. ¿Estaba bien ir a cenar con él? ¿Qué pensaría Ethan sobre aquello?
-De acuerdo, vamos- aceptó Abby, pensándolo un poco lo único que tenía que hacer era volver a la cabaña, y ya pasaba demasiado tiempo allí, así que, que saliera una noche no era nada malo.

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Después de la cena se dirigieron a un bar para tomarse unas copas. Comenzaron con una, después con otra y así hasta que perdieron la cuenta. Estaban completamente borrachos.
-Abigail, ¿quieres que te acompañe a casa?- preguntó con una sonrisa traviesa.
Ella movió la cabeza de arriba a abajo.
-Entonces vamos, se está haciendo tarde.
Samuel le ofreció su mano y ella la aceptó. Fueron por la calle de la mano, lo que les ayudaba a no caerse ya que debido al alcohol habían perdido el equilibrio.
Si Abby no hubiese estado tan borracha nunca hubiera aceptado que Samuel le acompañase a casa, no hubiese permitido que la acompañase hasta la entraba del bosque, ya que eso suponía estar muy cerca de la cabaña y eso podía suponer un peligro para un asesino en serie como Ethan.
-Abigail, ¿te acompaño hasta aquí y no me vas a dar ni un abrazo?
Ella le estrujo entre sus brazos y él hizo lo mismo.
-Eres preciosa- comentó él- ¿Me darías un beso aquí?- preguntó él señalando sus labios.
Ella asintió y cuando estaban a punto de besarse, algo o más bien alguien lo impidió, empujando a la chica hacia atrás.
-No se te ocurra tocarla- dijo Ethan rodeandole con un brazo su cintura.- Es mi novia, así que lárgate ya.
Samuel asintió y se fue, no sin antes perder el equilibrio varias veces.
-¿Así que ahora besas a cualquiera?
-¿Acaso te importa? Tu no me besas y tampoco dejas que me besen, ¿Cuál es tu problema?
-Has bebido, ¿Verdad?
-Pude ser.
-¿Y que hacías trayendo a ese chico a la cabaña? ¿No te acuerdas de las normas?
-Tal vez necesite que me las recuerdes.
-¿Debería?- preguntó travieso antes de depositar un beso en esos labios que olían a alcohol.

Amor de psicópatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora