Casuality [VMin]

I

Daegu, 13 de diciembre de 2001.

—Park Jimin.

—Presente. —respondí a la lista y entonces me volví a hablar con el chico a mi lado. Era raro, pero al menos tenía alguien con quien hablar para no aburrirme. No nos dejaban jugar.

—¿Cómo le haces para saber que dicen las palabras? Mi mamá dijo que eso se aprende más adelante. ¿Haces trampa, Jimin? —el idiota de Taehyung de nuevo fastidiando.

—Pff, claro que no hago trampa. ¡Mi mamá me enseñó a leer! No quiero hablar más contigo. —me volví enojado y tomé mis cosas.

—¡No! ¡No me pegues, Jimin! —me iba a levantar, pero vi que Kim Taehyung estaba protestando contra algo desconocido. Junte mis cejas y me empecé a poner furioso porque la profesora venía hacia nosotros y me iba a regañar otra vez.

—¿Qué pasó aquí? —dijo con su voz que daba miedo. Yo sólo alcé los hombros en señal de que no sabía nada, porque era verdad. —Llevan sentados una semana y aún no pueden llevarse bien. ¿Acaso van a seguir así hasta febrero?

—Perdón señorita, —hice una reverencia y me sentí apenado por aquel chico. Era bastante idiota. —no volverá a ocurrir. —pero ella ya se había ido de ahí y probablemente me había ignorado como siempre.

—Perdón Jimin, por causarte tantos problemas. —vi sus ojos con lagrimitas y me dio pena. Decidí hacerme su amigo. No tenía nada que perder.

—Kim Taehyung. —me miró aún apenado. —Seamos amigos, ¿sí? —él movió su cabeza en señal de aprobación. —Desde hoy prometo siempre cuidarte. —alcé mi mano de explorador. Él sonrió y se acercó a mí para abrazarme, su contacto era extraño. Debía acostumbrarme a él si quería ser su amigo.

—Cuidemonos entre los dos, ¿bueno? ¡Será genial! Ya puedes ir a mi casa cuando quieras, estoy disponible siempre para ti. A mi mamá le va a gustar la noticia, es lo mejor del mundo. Nunca había tenido un amigo, ¿ahora qué hago? ¡Oh, sí! Perdón por tratarte mal y hacer que la profesora viniera, soy muy malo. —vi que sus ojos volvían a llenarse de agua. —¡No volveré a ser malo! ¡Soy pésimo! Aunque no sé bien que significa eso y yo...

—Oye. —lo interrumpí, estaba hablando mucho. —Apenas si tenemos 6 años, cuando seamos grandes también vamos a ser amigos. Te lo juro.

—¿Amigos... por siempre? —me sonrió de nuevo, tal vez sí podría acostumbrarme a él.

—Por siempre.

Me rodeó con su brazos y yo también, porque los amigos deben abrazarse cuando están felices, o cuando están tristes. No importa, sólo hay que abrazarlos.

....

[perdón por la redacción, pero Jimin está contando y apenas tiene 6 años. Por eso decidí hacer este capítulo de esta manera. Espero que lo disfruten.]