Capitulo 2 - Capricornio

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Con los recuerdos ya lejanos de aquella errática noche me vi una vez mas lejos de casa, vagando por las calles de una ciudad que se me antojaba enorme y amenazante, evitando las calles que la lluvia inundaba y caminando sin rumbo.
Reconocí la vieja entrada de piedra que alguna vez fue una muralla, pero pronto me enredé con mis pasos y me perdí.
Ciudad vieja me había tragado una vez mas.

Marqué el numero de Helena, albergando la esperanza de que aun se encontrara en la ciudad, pero nadie contestó.
Sabía que si me mantenía lejos de la costa las cosas no se iban a complicar, y aun así el clima dejaba las calles desiertas, dándole a los edificios antiguos un estilo mas gótico y aterrador de lo habitual.

En aquel lugar las calles principales no tienen veredas, ya que en el día estas se llenan de puestos y ningún auto transita por ellas, por eso en la noche es tan difícil saber donde termina la acera y comienza la calle.
Dicho eso, aun siento escalofríos al recordar las luces apareciendo de la nada, el bocinazo que erizo todo mi cuerpo y la sensación del metal pechando mi cadera.

Habían estado muy cerca de arrollarme, por lo que el miedo primario fue cediendo paulatinamente, dejando lugar a la ira.

Giré y propiné un violento golpe al capó del vehículo, soltando una hilera de malos deseos al conductor que no detuve hasta que las luces dentro del coche se prendieron y pude distinguir a Mamacapri en el interior, con las cejas levantadas en una cómica expresión de sorpresa.
Sacó su cabeza por la ventana y tuvo que gritar para ser oída, la lluvia se convertía en tormenta.

-¿Con esa boca decís mamá?-preguntó, notoriamente entretenida.

-Con esta boca digo mamá, papá, y la concha de la lora-gruñí, aun molesto pero sin poder ocultar una sonrisa ante tal situación. Una sonrisa de alivio ante ella.

-¿Esperas una invitación formal o te vas a subir a la puta camioneta?-

-¿Con esa boca decís mamá?- pregunté imitando su voz, y entré.

Esperaba encontrar a los demás dentro de la Combi, o al menos a alguien, pero solo estábamos nosotros, respirando cada riff de guitarra que escupía la radio y oyendo el susurro de las gotas repicar desde afuera.
La camioneta no se movía, ella se había girado hacia mi y clavaba sus ojos en mi.

-¿Adonde va el joven leonino a estas horas, en esta ciudad, en esta hermosa noche?- me preguntó.

-Joven leonino se fue de casa hace unos días. Se estaba quedando en lo de un conocido, pero resulta que esta noche lo esperó por tres horas en la parada frente a su casa y...no apareció. Así que decidió salir a agarrarse una pulmonía y...- guardé silencio al ver la expresión que se había formado en su rostro.

-Eso me ofende muchísimo...-comentó luego de un pequeño silencio, sin rastros de humor en su voz.

-¿Que cosa?- intente averiguar sin prestarle mucha atención, me había distraído intentando averiguar en donde estábamos.

-Dormís en mi casa, comes en mi casa, te humillo jugando al Play en mi casa-frenó de golpe antes de continuar- ¿Y NO SE TE OCURRE QUE HUBIERAS ESTADO MEJOR CONMIGO QUE CON ESE CONOCIDO QUE NO APARECE?-.

Hubo mas silencio, donde las gotas parecían ir cayendo cada vez mas fuerte, hasta que ella volvió a pisar el acelerador.

-Lo siento, se que soy una extraña, pero sos perfecto para el grupo...-suspiró finalmente.

Con el pasar de los días había ido recordando fragmentos sueltos de aquella primera noche hasta completar gran parte de lo que había ocurrido, y aunque habíamos pasado increíble no veía que me hacia tan especial, por lo que decidí preguntar.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2019 ⏰

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