anabell

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La historia de esta muñeca, es una de las más aterradoras de la historia, ya que está basada en hechos reales. Si bien, en la película de “El Conjuro” que reproduce los sucesos paranormales que vivió la familia Perron en Rhode Island (Estados Unidos) no aparece la muñeca, la historia fue real. Ed y Lorraine Warren, una pareja de demonólogos que también aparece en el film, fueron quienes investigaron la historia de Annabelle.

Esta historia de terror comenzó en 1970, cuando una madre compró para su hija la muñeca, en una tienda de segunda mano.  Donna, una joven de 20 años que estudiaba enfermería, era la dueña de la muñeca. Donna vivía en un pequeño apartamento que compartía con una amiga, Angie. Y lo primero que hizo al recibir la muñeca fue ponerla en su cama.

A los pocos días, las cosas comenzaron a ponerse raras. Donna dejaba la muñeca de una posición y la encontraba en otra, o cruzada de piernas, o recostada. Comenzaron a asustarse cuando empezaron a encontrar a la muñeca en diferentes zonas de la casa, e incluso en posición horizontal, y hasta a veces arrodillada, pues Annabelle era una muñeca de trapo, por lo que resulta imposible mantenerla en esa posición.

Las cosas comenzaron a empeorar, las dos inquilinas de la casa empezaron a encontrar mensajes escritos en un papel que ellas no tenían en su casa. Los mensajes decían “Ayúdenme” o “Ayuda a Lou”. (Lou era el novio de Angie).

Para agravar aún más la situación, las dos amigas encontraron a la muñeca con gotas de sangre en el pecho y en las manos. Las chicas pensaron que se trataba de un maniático que solo quería asustarlas, pero para estar seguras decidieron contactar con una médium, que realizó una sesión de espiritismo y las presentó con el espíritu de Annabelle Higgins, una niña de 7 años que había muerto en esa misma casa de forma trágica.

El espíritu de Annabelle, comunicó a la médium que quería seguir viviendo con las chicas, por lo que Donna y Angie, compadecidas por la historia de la niña, accedieron, ignorando que en realidad el espíritu de la muñeca era una presencia maligna en la casa.

Lou, el novio de Angie, fue quien primero empezó a experimentar los sucesos diabólicos de la muñeca. Tenía sueños recurrentes donde veía a la muñeca, y una noche, despertando de una pesadilla, miró al pie de su cama y, aterrorizado, encontró la figura de la muñeca, quien trepo hacia el e intentó estrangularlo.

Fue entonces, cuando Lou se dirigió a casa de su novia para deshacerse del juguete. Pero, al llegar a la casa, comenzaron a escuchar voces en la habitación de arriba, voces de varias personas. Cuando fueron a corroborar, no había nadie allí dentro, solo Annabelle sentada en una esquina. Fue en ese momento que decidieron contactar a los Warren. La pareja de demonólogos llego de inmediato a la conclusión de que no se trataba de el espíritu de una niña inocente, sino de una presencia diabólica inhumana que quería poseer el cuerpo de Donna.

Ed y Lorraine Warren, determinaron que lo mejor sería exorcizar el apartamento y llevarse a la muñeca. Lorraine, pidió a su marido Ed, que en el viaje de vuelta evitaran tomar la carretera, pues iba a ser un viaje difícil, y tenía razón. El motor, la dirección y los frenos del auto comenzaron a fallar hasta que Ed decidió rociar a la muñeca con agua bendita. En ese momento los desperfectos comenzaron a cesar.

Los Warren, convencidos de que se trataba de una presencia demoníaca, pidieron al sacerdote Jason Bradford que realizara un exorcismo, quien al ver la muñeca, acotó que solo se trataba de un simple juguete, que no haría daño a nadie. El cura, al retirarse del domicilio de los Warren, sufrió un desperfecto en su auto que desencadenó un accidente que casi le cuesta la vida.

Annabelle se encuentra hasta el día de hoy en el museo de los Warren encerrada en una urna, como una de sus principales atracciones. La muñeca nunca mas volvió a moverse, sin embargo, creen que es único objeto en su casa que deben evitar tocar, pues consideran que tiene el poder de matar. La única persona que desafió a esta muñeca, fue un joven que visitó el museo con su novia, y comenzó a burlarse de la muñeca y a golpear la urna donde ella se encontraba. Misteriosamente, el joven al retirarse de la casa con su moto, perdió el control a los pocos metros y se estrelló contra un árbol. Murió en el acto.

Los expertos afirman que aunque la muñeca no se mueva, la presencia demoníaca que la impulsaba a realizar sus actos continúa allí, esperando el día en que pueda volver a ser libre.

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