Los nueve años, una edad en donde todos corren, ríen, juegan, sonríen hasta que se les entumezcan las mejillas, en pocas palabras son niños o al menos yo lo vivía hasta que mi mamá decido encerrarme en mi casa después de que en un viaje de familia, mi padre choco gracias a un conductor irresponsable que le pareció buena idea manejar a altas horas de la noche ebrio, el impacto de ese choque fue tan fuerte que el auto rodó haciendo que quedara inconsistente por dos largos días, esos horrendos días en donde mi mamá recibió las dos peores noticias de su vida, la primera es que probablemente yo quedaría paralitica, y la Segunda que estoy segura que fue la peor de su vida y de mi vida, que mi padre había muerto después de una larga lucha por mantenerse con vida, al despertar mi mamá solo me miraba con tristeza a lo cual me hizo cuestionar la causa de esos ojos llorosos- mamá ¿que pasa, por que estamos aquí?- en ese momento me trate de mover pero se me fue imposible al no poder tener el control de mi cuerpo y ni siquiera sentir ninguna de mis extremidades, entre en pánico, en seguida mi madre se dio cuenta de mi notoria angustia y trato de tranquilizarme pero me fue imposible- hija se que estás muy chica y se cuanto te gusta correr, jugar, bailar, pero me temo que será imposible que lo vuelvas a hacer elle, quedaste paralitica mi amor, lo siento tanto- mi madre empezó a llorar e intentó consolarme- y papá ¿ya sabe de esto?- mi mamá se aferró más a mi y se quedó callada sin decir nada- mamá responde por favor- hable fuerte a lo que mi mamá me soltó y con un hilo de voz me contestó- elle, está situación no es fácil y repito estás muy pequeña para este tipo de cosas pero es mejor que lo sepas a qué luego me odies por no decirte lo, hija tú padre....- lloró más fuerte y me apretó más la mano- no pudo resistirse más su herida era muy grave y... murió, pero hija hay que ser fuertes eso es lo que siempre le ha gustado a tu padre, que eres una niña fuerte, y quiero que sepas que no estás sola en esto nos tenemos la una a la otra mi amor y prometo nunca dejarte, eres mi hija- no pude evitar sacar unas lágrimas, me sentía mal, mi papá era una de las personas que me enseñó lo bueno de la vida, lo fuerte que debo de ser y siempre me apoyaba en lo que sea, para mi era injusto que eso me pasara, me sentía una carga.
Al salir del hospital mi madre trataba de hacerme sonreír pero se me hacía imposible, la persona que más quería en el mundo se fue y lo que me hacía feliz ya no lo poda hacer, por qué mis piernas decidieron dejar de funcionar, esto era un golpe muy bajo o al menos yo lo sentía así, después de todo eso, mi madre me sacó de la escuela según ella no querían que yo sufriera acoso por mis compañeros así es que empecé a estudiar en línea, también adapto todo mi casa para yo poder estar con mi silla de ruedas sin problema y contrato a varias chicas para que le ayudaran a hacerse cargo de mi mientras ella trabajaba.
así era toda mi vida hasta que a los quince años mi madre contrató a una chica llamada tzuyu, chica castaña, alta, solo me llevaba tres años, y al parecer no era coreana ella era taiwanesa y se vino a vivir aquí a corea para perseguir sus sueños de convertirse en músico, lo cual se me hacía increíble, ella siempre me contaba de sus viajes me ayudaba con las tareas que no entendía me mostraba sus canciones e incluso a chicos guapos que tenía de amigos, así es como mi vida dio un ligero cambio ya que ella siempre traía algo nuevo que contarme e incluso veía la manera de hacer algo diferente cada día.
Hola soy la nueva escritora Andrea este es mi nuevo libro que será de han jisung, espero que lo disfruten