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💰👖Arthur👖💰

— ¡Tú! —exclamé al estar a 2 metros de ella.

— Arthur —susurró en parte horrorizada y asombrada.

Quite uno de mis audífonos e hice un escaneo de cada parte de su cuerpo; su aspecto en vez decir ignoradme, como siempre, decía miradme y eso no paso desapercibido por mis ojos.

Llevaba un crop top azul, una sudadera negra con detalles azules, unas converse negras y una licras del mismo color que los zapatos y su cabello estaba recogido en una cola de caballo. Pero  había algo diferente en ella, algo que me atraía, como un imán.

<<No tiene unas curvas de infarto, como las que estoy acostumbrado a ver, pero para lo simplona que es, tiene las medidas justas para llamar la atención de cualquier hombre>> —pienso mientras admiro su cintura fina,  sus piernas torneadas y su busto.

Antes de que siguiera con mi análisis ella subió la cremallera de su sudadera y no pude seguir mirando. Pero me pareció ver unas estrías en su abdomen, como si antes hubiese estado gorda.

<<¿Es posible que la becada haya sido obesa?>> . —Pienso y ella sigue sin decir una palabra.

—Sé que soy irresistible, pero tampoco para reaccionar así —intento bromear, pero ella se mantuvo circunspecta. — ¿Qué haces por aquí? —Le pregunto.

A ella le tomo un segundo procesar mis palabras, obviamente no esperaba verme aquí.

<<¿Por qué le sorprende tanto verme?>>.

— Yo...—tartamudeó y el perro comenzó a ladrarme.

—Ese perro no es nada femenino —señale a la bestia de cuatro patas.

—Es una gran danés —logró pronunciar sin titubear.

—Hubieses adoptado un perro más pequeño.

—Yo no soy la dueña de Chiqui. —Señaló a la perra.

Frunzo el ceño —<<Ese es el mismo nombre de la mascota de Adelia... Será posible que no… No, no puede ser... Debe ser una coincidencia. Mi prima tiene es una chihuahua>>.

—¿Existen chihuahuas gigantes? —le pregunto a Megan y ella niega con la cabeza. —¿Se puede saber qué tenías en el cerebro cuando escogiste ese nombre? —ella frunce el ceño y me observa con cara de "a este qué le dio". —El nombre de Chiqui no le luce a un perro tan grande y feo.

La perra me volvió a ladrar, pero esta vez de manera más agresiva.

—¡Controla a tu perro! —le grité cuando ese animal jaló fuertemente de la correa para atacarme.

—No es mía.

—¡CÓMO SE TE OCURRE PASEAR A UNA BESTIA QUE NO ES TUYA! —exclamé súper asustado. Yo odiaba a los perro y de imaginar que ese animal tan grade me mordería me aterro.

En eso el perro corrió rápido a mí, pero antes de que pudiera reaccionar, y salir huyendo por mi vida, enredó su correa entre mis piernas y las de ella, haciéndonos caer estrepitosamente al suelo, uno encima del otro, y comenzó a lamernos.

—¡ALEJA ESA COSA DE MÍ! —grité mientras intentaba alejar al animal.

—Chiqui, quieta —le ordeno ella y el perro se sentó.  —Lo siento, ella nunca actúa de esta manera —se disculpo y su rostro quedo a centímetros del mío.

Hice un escaneo rápido de las facciones de su rostro; nariz pequeña, labios carnosos y rojos, ojos grandes de color verde esmeralda...

Ella notó la posición comprometedora en la que nos encontrábamos y se apresuró a ponerse de pie y toda su cara se volvió roja.

Mi dulce plagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora