IV

1.3K 180 29
                                    

👖💰Arthur💰👖

  

— Dos visitas en el mismo mes, felicidades, Arthur, acabas de romper tu récord —comenta en tono burlón James cuando me bajo del auto.

— No estoy de humor para tus bromas, James. —él se ríe. — ¿Dónde está mi papá? —pregunto.

— En su despacho —me informa.

Camino con paso apresurado para llegar lo más rápido posible junto a mi padre.

Cuando llego a la enorme puerta de caoba, toco dos veces y él me indica que pase.

— ¿Arthur, qué haces aquí?

<<¿En serio me lo preguntas?>>.

Papá, podrías escoger a otra persona para que sea mi tutor. —Le pido.

— No, yo quiero que Megan Craig sea tu tutora.

— Entonces, ¿le podrías dar trabajo a una de mis amigas en tu bufete? —suelto rápidamente.

— No pienso tener a ninguna de tus estúpidas amigas estorbando en mi edificio. —Suelta con acritud, sin despegar la vista de los documentos en sus manos.

— Ella es todo menos estúpida —susurro y él posa esos ojos, tan parecidos a los míos, en mí.

— Arthur, si te están amenazando, otra vez, con subir un vídeo porno sobre ti,  te aviso que yo no..... —Lo interrumpo.

— No es eso. —Se queda pensando unos segundos.

— No te voy ayudar a ganar puntos con esa chica para que te la puedas llevar a la cama....

— Tampoco es eso. —Él frunce el ceño.

— ¿Cuál es el trasfondo?. —Cuestiona, entrelazando sus manos.

— No hay ningún trasfondo, papá. Solo quiero ayudar a una amiga a conseguir un buen trabajo, porque en verdad lo necesita. —Explico. En mantiene una expresión inescrutable.

— ¿Tú la quieres ayudar sin interés alguno? —pregunta. Yo asiento. — No me hagas reír, hijo. Soy tu padre, te conozco como la palma de mi mano y tú solo piensas en tu propio beneficio.

<<Soy demasiado predecible>>. —Suelto todo el aire que estaba conteniendo

— Te diré lo que pasa —camino hasta su escritorio y me siento en una silla.

—Soy todo oídos. —Dice él.

— Antes de salir de la universidad busque a "La devoradora de libros" —al ver la cara de confusión de mi padre especifique. —Así le dicen a Megan Craig en la universidad.

— Hijo, quería hablarte....... ¿Arthur? —dice extrañada mi abuela, al entrar al despacho sin tocar y verme sentado frente a mi padre.

— Hola, Abu —la saludo.

— Esto sí que es una sorpresa —se acerca a donde estoy y me abraza. —¿Te quedas a cenar?. —pregunta, esperanzada.

— Sí —respondo y ella me da un beso en la mejilla.

— ¿Me ayudarías a preparar la comida? —niego con la cabeza. —¿Por qué? —pregunta, haciendo un puchero.

— Abu, sabes que dejé de cocinar hace mucho.

— Arthur, sigue contándome. —Reclama mi atención mi padre.

— Bueno, trate de convercerla....

— Trataste de seducirla —me corrige él. Y mi abuela se sienta a mi lado para enterarse de lo que estamos hablando.

— Sí —confieso. —Pero ella me trato con la punta de su zapato  —una rabia se apodero de mí, al recordar el dialogo que mantuvimos esta tarde.

— Cariño, tu cara es épica —se mofó mi abuela.

Les conté todo lo que esa y yo hablamos y ambos se partieron en carcajadas.

— Es una chica muy inteligente —comenta mi padre cuando termina de reír.

— Y debe ser muy bella —añade mi abuela y yo me privo de la risa.

— Es todo lo contrario, Abu. Es una chica que descuida completamente su aspecto: no usa maquillaje, siempre carga el cabello recogido en un horrible moño y su ropa es como 4 tallas más grande —hago una mueca de asco.

— Que desperdicio de mi sangre —dice ella un poco enojada. — Solo ves la belleza física, en vez de la belleza espiritual ¿Acaso no sabes que lo físico se acaba con los años?.

— Esa regla no aplica contigo, Abu, tú sigues igual de bella que en tu juventud —la halago para que me ayude a convencer a mi papá de que contrate a la becada.

— No voy a caer tan fácilmente —dice conociendo mis intenciones.

— Por favor, abuela. —Le ruego y ella suspira profundamente.

— Hijo, ayudalo. —Le pide ella.

— Mamá.... —mi abuela interrumpió a mi papá.

— Él se comprometió contigo de que iba a poner el 100% en sus estudios. —Mi padre miró a mi abuela y luego a mí.

— Aceptaré con una condición —me advierte.

<<¿Por qué todo el mundo me pone condiciones?>>.

— No quiero que ella tenga quejas sobre ti. Acatarás cada una de sus ordenes sin quejarte —mi boca forma una perfecta "O".

— Papá.....

— ¿Lo tomas o lo dejas? —corta mi argumento.

— Esta bien, papá.

— Le dices que trabajara 3 días a la semana  por 3 meses —asiento con la cabeza.

—Y yo te exijo que la traigas a la casa un día. —Miro a mi abuela son entender a Qué se debe semejante petición. —Yo quiero conocer a la única chica que te a dado calabazas —se burla.

<<Esto es lo que me faltaba>>.

Estoy esperando una respuesta —dice ella.

—Sí, abuela. —Ella sonríe.

<<Esa estúpida becada me pagará com creces todo lo que estoy haciendo>>.

Mi dulce plagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora